Summary: Estamos en el mundo, pero no somos del mundo

NO DEL MUNDO PERO EN EL MUNDO

Intro: Un amigo me compartía que un día esperando el autobús a la salida de su trabajo, un automóvil se detuvo y se bajaron dos sujetos y lo forzaron a entrar al automóvil. Le vendaron los ojos y lo llevaron a un cajero automático, entre golpes e insultos le hicieron que retirará el máximo permitido. Luego, le volvieron a vendar los ojos y lo llevaron a una casa a esperar la media noche para que pudieran sacar más dinero por ser ya otro día. Luego le golpearon, le quitaron la camisa, los zapatos y el reloj y lo abandonaron en un camino solitario.

Una jovencita viendo su programa favorito aprendió que respetar a la autoridad es algo "X" o sea "nada que ver" y que es algo anormal llegar al matrimonio, sin haber tenido relaciones sexuales previas.

Un empresario no cumplió los reglamentos que el gobierno marca para su tipo de negocio, pero para evitar multas lo arregló de la manera más rápida. Lo único que dijo: “estas cosas así se tienen que manejar; no hay otra manera, todos lo hacen así”.

¿Qué es todo esto? ¿Cómo le llamamos a este entorno que nos rodea y vivimos todos los días?

La Biblia lo nombra con una palabra: mundo.

Cuando la Biblia emplea el término “mundo” con una connotación negativa, no se está refiriendo a la tierra, a la ecología, a la biosfera, etc. La tierra es de Dios, él la hizo es de él y para él.

Cuando la Biblia usa el término “mundo” en ese sentido negativo se está refiriendo a “un sistema de rebelión y orgullo que busca deshonrar a Dios y su gobierno. Es decir, los diversos sistemas de pensamiento y vida que se organiza sin tomar en cuenta a Dios y su palabra; y está bajo el auspicio de Satanás.

El mundo, en este sentido, se manifiesta en ideas (Piensa en ti primero cueste lo que cueste, el que te la hizo te la paga, vales lo que tienes, etc.) Acciones (egoísmo, engaño, falta de respeto, agresión, deshonestidad, etc.) Estilos de vida (inmoralidad, rebelión, Piratería, hipocresía). Pero todo esto lo que lo caracteriza es que Dios es nulo para los que viven así. Dios y su Palabra son sacados del cuadro y de la ecuación.

Jesús aborda el tema de sus discípulos y el mundo en una oración que eleva al Padre en Juan 17. Jesús estaba interesado en sus discípulos y los que habrían de creer por el testimonio de ellos (nosotros), entre otras cosas esta oración nos aclara nuestra relación con el mundo.

Lo que debemos entender de nuestra relación como discípulos de Jesús con el mundo, es que:

I.Estamos en el mundo, pero no somos del mundo v. 9-11; 14; 16

•Estamos en el mundo. Es un hecho. Aunque esto parezca muy obvio para ti y para mí. Si haces un poco de memoria, recordarás que antes que comenzaras una relación con Dios por medio de Jesucristo, no te dabas cuenta de este hecho… estás en el mundo.

•Antes era la manera “normal” de ver las cosas. Las ideas, principios y prácticas del mundo (sin Dios) te parecían lógicas, sensatas, sofisticadas y necesarias. Pero cuando el Espíritu Santo comienza su obra en ti, comienzas a ver la necedad, la soberbia, la insensatez de tu antigua manera de ser y pensar.

•Ilustra: La Matrix

•Y ahora mismo, te das cuenta que estás en el mundo porque lo que antes era amigable contigo se ha vuelto hostil, aquellos que antes te recibían ahora quizá te rechazan, aquello que era compatible contigo resulta ser incompatible. Jesús dice en el versículo 14 “Yo les he dado tu palabra y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo”.

•Te das cuenta que estás en el mundo porque ahora el mundo te empieza a aborrecer. Ahora resulta que eres extraño, eres raro, eres políticamente incorrecto, eres retrógrada, eres anticuado, eres intolerante, eres aguafiestas, eres cerrado, ya no eres parejo, eres débil de mente, estás engañado, te lavaron el coco.

•Jesús nos recuerda, todo esto es normal: Estás en el mundo. Y el problema es que NO ERES DEL MUNDO. Tu identidad, tu sentido de pertenencia, tu esencia, no está en el mundo

•Jesús nos dice en el versículos 9-10: “Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. Estamos en el mundo pero no somos del mundo. ¿De quién somos? ¿Dónde encontramos nuestra identidad, nuestra historia, nuestro estilo de vida? En Dios por medio de Jesucristo.

•Jesús no es del mundo y los que se identifican con él, tampoco lo son. ¿Cómo hemos de vivir entonces?

•Estoy en el mundo. Debo vivir alerta al mundo que me rodea (son tiempos de guerra, no de paz). Estás en territorio enemigo. Estás en un campo minado. Estás rodeado de francotiradores, es mejor que estés alerta a lo que pasa a tu alrededor.

•Estoy en el mundo, pero NO soy del mundo. Mi identidad, fidelidad, lealtad no está en este sistema de rebelión en contra de Dios. Mi identidad está en Cristo. Me rijo con los valores del reino de Dios. Me muevo siguiendo a mi capitán, Cristo Jesús.

Alguien podría pensar, entonces mejor es aislarnos, alejarnos, entrar a nuestra burbuja o a nuestro gueto. A lo largo de la historia del cristianismo algunos han pensado así.

Pero Jesús mismo en el versículo 15 dice: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del maligno” y de hecho, dice en el versículo 18: “Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo”

Es decir, que estaremos un buen tiempo todavía por aquí, por supuesto si Cristo no regresa pronto. O sea, que Dios no quiere que nos salgamos del mundo, sino que aprendamos a vivir en el mundo sin ser del mundo. Es decir, que nuestro capitán todavía no nos da la orden de salir de nuestra posición. Nos ha dejado en el campo de batalla. Estamos en el mundo y estaremos hasta que Cristo vuelva.

Tenemos que aprender a convivir con personas que no creen en Cristo como nosotros, con ideas, prácticas y estilos de vida contrarios a la Palabra de Dios. Tenemos que aprender a amar a la gente sin ser influenciados por las mentiras que creen. Dios nos quiere que nos salgamos del mundo sino que vivamos en el mundo, pero recordando que no somos de él.

Tenemos un arma secreta para vivir así.

v. 17 “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”,

1.Jesús le ora al Padre que nos santifique. Santificar es hacer diferente, es separar para marcar una diferencia. Jesús les está diciendo hazlos diferentes, sepáralos, que se distingan entre todos los demás. ¿Cómo? Por medio de la Palabra de Dios que es la verdad.

2.El arma secreta que tenemos para vivir en el mundo sin ser del mundo es la verdad de la Palabra de Dios. Es vivir de acuerdo con lo que Dios dice, piensa, ordena, e instruye. Es vivir de acuerdo con el corazón de Dios.

3.Ilustra: Los pingüinos emperador. A nuestro alrededor hay muchas voces, pero sólo una debemos identificar y obedecer, la de Dios. De esta manera seremos santificados en y por la verdad.

Conclusión: Estoy en el mundo, pero no soy del mundo (repítelo). Estoy y estaré por un buen tiempo, pero no me guío, dirijo ni creo lo que el mundo creo. Sólo seguimos la voz de aquel que dijo: “En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo”