EL ODIO VS EL AMOR
1 Juan 3:11-18
El apóstol Juan repite la idea del amor por los hermanos varias veces en la primera carta. El versículo 11 dice, Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros. En 3:11-18, Juan hizo algunos contrastes entre el odio y el amor.
PRIMERO: EL ODIO ES UNA CARACTERISTICA DEL MUNDO, PERO EL AMOR CARACTERIZA A LA IGLESIA: En 3:12, Juan usó el ejemplo de Caín quien mató a su hermano en Génesis 4. Juan escribió, No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. Juan usa la historia de Caín y Abel para ilustrar el conflicto entre el mundo y la iglesia. El mundo a lo largo ha rechazado a Jesucristo y por eso muestra hostilidad a los seguidores de Cristo. Juan escribió, Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece (3:13).
SEGUNDO: EL ODIO TIENE SU ORIGEN EN EL DIABLO, MIENTRAS EL AMOR VIENE DE DIOS: Noten las palabras, no como Caín, que era del maligno…. La palabra maligno es una referencia del diablo. Caín asesinó a su hermano porque era del diablo. Porque se sometió al diablo, por eso cometió el pecado. Porque no conoció a Dios, así que, toda persona que no conoce a Dios esta expuesta al diablo así como Caín, que asesino a su hermano, En contraste, el amor viene de Dios, porque Dios es amor (4:8, 16).
TERCERO: EL ODIO DESTRUYE LA VIDA PERO EL AMOR DA VIDA: Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él (3:14-15). El odio destruye de muchas maneras. Destruye a las personas, las familias, las naciones, las amistades, etc. En el caso de Caín, la envidia a su hermano causo la muerte de Abel. Uno puede leer estas historias reales en cualquier periódico de hoy.
En contraste, el amor da vida. El ejemplo mas grande de amor se encuentra en la muerte de Jesucristo en la cruz del Calvario. Cristo derramó su sangre preciosa por nuestros pecados. Como creyentes, debemos imitar el amor de Cristo hacia nuestros compañeros en la fe. En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos (3:16).
El odio es la evidencia de la muerte espiritual, pero el amor es la evidencia de la vida espiritual. El verdadero creyente ama a los hermanos de la fe y por eso busca constantemente muestras del amor de Cristo hacia los hermanos en necesidad. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿Cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad (3:17-18).
