Summary: Lo que Dios se propone no es cambiar las circunstancias, sino la vida de quien se encuentra en medio de las aguas turbulentas de la vida.

La vida en un mundo caído puede ser realmente devastadora. Son muchas las personas que, al no encontrar solución a sus problemas económicos, sentimentales y familiares solo para mencionar algunos, se vuelven fármaco dependientes, recurren a las drogas, el alcohol y en última instancia el suicidio.

Jesús dijo en Jn. 16:33: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad…” lo que Jesús quiere que entendamos es que aunque la vida parezca darnos la espalda no debemos perder el enfoque y la pasión. Porque lo que Dios se propone no es cambiar las circunstancias, sino la vida de quien se encuentra en medio de las aguas turbulentas de la vida.

Si hay alguien que rehusó poner fin a la pasión de su vida fue el apóstol Pablo. Pablo aprendió a decir ¡No! a la ansiedad, eligiendo regocijarse antes que hundirse en la desesperación. La única cosa que parecía desanimarlo eran los problemas que los creyentes estaban ocasionando en las iglesias. Sin embargo su enfoque, energías y resistencia son aterradores. ¿Cómo lo logró? ¿Cómo puede lograrlo usted? Con su ejemplo Pablo nos da la clave: ¡Sigue la pasión de tu corazón! Abra Hechos 19:1-20

Trasfondo: Éfeso era una ciudad importante, llamada por los romanos “La Joya de la Corona de Asia Menor”. Era la Ciudad de Nueva York de la antigüedad, con una población cerca al 1/2 millón. Famosa por el comercio, la arquitectura y por sobre todo, por el majestuoso templo de la diosa Diana. Una de las siete maravillas del mundo antiguo.

A este ambiente metropolitano pagano, llegan Pablo y sus compañeros de viaje. Ninguno tenía la garantía de que por lo menos una persona escucharía el mensaje de Cristo, ni mucho menos que tendrían éxito. Hechos 19 nos informa que Pablo pasó tres meses en una sinagoga predicando apasionadamente acerca del reino de Dios.

El impacto de su predicación apasionada, por espacio de dos años, cambió la vida de los efesios y también la provincia de Asia Menor. Los judíos y los griegos oyeron la Palabra (Hch.19:10), cuando los efesios oyeron el mensaje, vieron los milagros y se enteraron de lo ocurrido a los judíos exorcistas, el nombre de Jesús fue glorificado (Hch. 19:18), los que creyeron confesaban sus prácticas malvadas en público y los practicantes de la magia quemaron sus libros (Hch. 19:19) [valor calculado en unos 5 a 7 millones].

¿Qué es lo que Dios se propone cambiar circunstancias o vidas? Éfeso fue cambiado radicalmente debido a la pasión de Pablo. Lucas resume todo este acontecimiento en estas breves palabras: “Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.” Hch. 19:20 El primer día que entró en Éfeso, lo único que Pablo tenía era pasión por Jesús.

Esa pasión hizo posible el cambio, esa pasión puede hacer posible el cambio en su vida y en la vida de los que le rodean y también en las circunstancias. ¿Cómo puede usted seguir la pasión de su corazón cuando la vida parece darle la espalda?

1. No olvide lo que Dios ha hecho por usted en el pasado

¿Qué fue lo que mantuvo al apóstol Pedro alejado del camino que condujo a Judas al suicidio cuando lo negó no solo una sino tres veces al Señor? Su pasión por Jesús se vio eclipsada por la angustia y la culpa de la negación. Sin embargo en esa misma hora, dice la Biblia, “Pedro se acordó de las palabras de Jesús” Mt. 26:75

Cuando la vida, los amigos, la familia y aun los hermanos de la iglesia en quien usted ha confiado y ama le den la espalda, usted tiene dos opciones: volverse una persona amargada y odiosa o decidir ser feliz, seguir hacia delante, basado no en el daño que la gente le ha causado, sino en la bondad de los hechos de Dios a favor suyo. Al llegar a Éfeso, Pablo no tenía dinero, ni amigos creyentes que lo recibieran. Una de las cosas que sí tenía era los hechos de Dios en su vida. Eso fue lo que le dio confianza para mantener ardiendo la pasión por Jesús en su corazón.

No subestime los errores ni los fracasos del pasado, porque de ellos y aun del daño que otros nos hacen, se ha valido Dios para moldear y forjar en su vida un carácter como el de Cristo y una actitud de obediencia. Eso debe animarlo a mantener ardiendo su pasión por Jesús por encima de toda circunstancia.

2. Utilice los recursos que Dios le ha dado y haga lo que pueda

A parte de Dios, de lo único que disponía Moisés para dividir el mar cuando Israel estaba acorralado por el ejercito de faraón era una vara. De lo único que disponía David cuando se enfrentó contra Goliat era una honda y unas cuantas piedras.

En Éfeso las cosas no fueron nada diferentes a las de Filipo. Unos 25.000 fanáticos de la diosa Diana, atacaron a Pablo y sus amigos. De lo único que él disponía para enfrentarlos era un mensaje acerca de un hombre que reclamaba ser el Cristo, que había muerto en una cruz pero que al tercer día había resucitado.

Dios ha puesto a su disposición su Espíritu, su Palabra escrita, la oración y el compañerismo de la iglesia; sus recursos más valiosos para cuando la vida y las circunstancias parecen estar fuera de control. Su situación presente es exactamente el lugar en donde Dios puede manifestarse en su vida. Comience aquí. Tome lo que tiene a su disposición, haga lo que pueda en el nombre del Señor y confíe a Dios los resultados.

3. Un corazón apasionado nunca se jubila

A medida que Pablo fue envejeciendo escribió una sin número de cartas a las iglesias, incluyendo a la iglesia de Éfeso. Si Éfeso fue llamada “La Joya de la Corona de Asia”, la carta a la iglesia es llamada “La Reina de las Epístolas de Pablo”.

Cada una de estas cartas, algunas escritas desde la prisión, deja ver un corazón apasionado. Para él la prisión era una circunstancia más de la vida en su ancianidad y nunca una tragedia o el fin. Su pasión nunca se jubiló, nunca se apagó, nunca menguó. Su pasión brilló intensamente hasta el último día de su vida. También rehusó permitir que las circunstancias pusieran fin a la pasión de su vida.

He aquí sus últimas palabras: “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe. Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su venida” 2 Tim. 4:7-8 NVI

Conclusión:

¿Cómo mirar hacia arriba cuando la vida se viene abajo? a) Di ¡No! a la ansiedad. Elije regocijarte antes que hundirte en la desesperación. (Fil. 4:6) y, b) ¡Sigue la pasión de tu corazón! (Hch. 20:24) ¿Qué es lo que le impide expresar esa pasión? ¿Problemas? ¿Depresión? ¿Desánimo? ¿Culpa? ¿Ansiedad y preocupación? Si este es el cuadro clínico de su vida, es hora de que traiga a su memoria lo que Dios ha hecho por usted, es hora de que haga uso de los recursos que Dios ha puesto a su disposición. Recuerde que un corazón apasionado por Cristo el Señor nunca se jubila.