Summary: La historia de hoy trata de una salvación muy dramática, referente a un encuentro de Jesús con alguien a quien seguramente encontraremos en el cielo.

Una de las cosas que más me fascinan en el ministerio es escuchar el testimonio personal de los creyentes. Cada historia, aunque rodeada de circunstancias similares, es única e irrepetible. Hay algo tan poderoso en la historia personal de cada creyente que el Señor usa para tocar las vidas de aquellos que están a nuestro alrededor.

La Biblia está llena de testimonios de personas que no se destacan como profetas o héroes, sino como personas que simplemente ejercitaron la fe. El testimonio de cada uno de ellos es para nosotros hoy una historia que edifica nuestra fe.

Para nosotros que hemos sido salvados por la fe en Jesús, nada es más que emocionante que oír a otros hablar acerca de cómo se encontraron con el poder transformador y salvador de Jesús y cómo Dios continúa transformándolos. Dios no ha acabado su obra, sino que la perfeccionará hasta el día de Jesuxto.

La historia de hoy trata de una salvación muy dramática, referente a un encuentro de Jesús con alguien a quien seguramente encontraremos en el cielo. Esta es la historia de un hombre, que por desconocer su nombre, se le identifica como “el endemoniado gadareno”. Y la encontramos en Marcos 5:1-20

El propósito de esta historia, relatada en tres de los evangelios, es recordarnos a nosotros acerca del poder y la autoridad de Jesús. A Dios se le ocurre, hacer cosas que a nadie se le ocurren hacer; a Dios se le ocurre levantar lo que nadie mas puede levantar; Y ¿Sabe usted porque? Porque él es Dios, porque él es el único que puede hacerlo.

El relato se desenvuelve con la decisión de Jesús de cruzar al otro lado del mar. Quizás con la intención de retirarse un poco de la multitud después de una jornada de ministerio agotadora. Era ya de noche y Jesús, vencido por el cansancio, se había quedado profundamente dormido en la parte trasera de uno de los barcos. Mientras cruzaban en las barcas una tempestad se levantó en medio del mar. Este incidente preparó a los discípulos para el evento que tendría lugar en la región de Gadara.

Al llegar, seguramente temprano en la mañana, fueron recibidos por alguien a quien no esperaban: un hombre bajo la influencia de una posesión demoníaca. Vea su descripción: a) no vestía ropa, ni moraba en casa sino en los sepulcros –Lc. 8:27, b) feroz en gran manera –Mt. 8:28, c) la gente le tenía miedo –Mt. 8:28, d) aullaba de día y de noche –Mr. 5:5, e) tenía tendencias suicidas –Mr.5:5.

Mateo dice que fueron dos los que corrieron hacia donde estaba Jesús. Quizás la mención de uno solo por Marcos y Lucas resalta al más fiero y peligroso de los dos. ¿Cómo fue que este hombre llegó a este estado físico, moral y espiritualmente deplorable? No lo sabemos. Pero se cree que una persona que vivía en un desenfreno moral, era candidata para ser poseída por espíritus malignos. La Biblia nos relata varias escenas de posesión demoníaca, pero ninguna se compara a esta.

La frase “espíritu inmundo” (v.1) (pneúmati ákathárto) es usada más de 20 veces y únicamente para referirse a espíritus malos. En Efesios 6:12, Pablo describe a estos espíritus como: “malignas fuerzas espirituales del cielo, las cuales tienen mando, autoridad y dominio sobre este mundo oscuro.” Su objetivo es contrarrestar el bien que Dios se propone hacer. Queda claro que lo que tenemos aquí no es un cuadro de esquizofrenia (nombre clínico que se da a lo que conocemos como locura). Los detalles que siguen demuestran el grado de trastorno influenciado por las potestades de las tinieblas.

La mención de los sepulcros (cementerio) es importante para el relato. Eran cuevas cavadas en las colinas. Eran lugares apartados y oscuros. Se creía que los sepulcros eran habitación favorita de los demonios. Se nos describe que de alguna manera, quizás los familiares, hicieron el intento de frenarle, pero la fuerza era tal que frustró todo intento. En lugar de ello produjo terror. Lucas dice que andaba desnudo y Marcos agrega que de día y noche daba gritos.

Otro detalle es la mención de la auto-lesión (v.5). Es un mecanismo psicológico mal sano que causa daños físicos al cuerpo para reprimir emociones de enojo, baja autoestima, frustraciones, ansiedad, etc. Es también conocida como auto-mutilación. En inglés se conoce como “cutters”.

En este caso, los actos de violencia hechos sobre sí mismo no son simples efectos de una demencia furiosa. El verbo usado para “herirse” indica que con su propia mano se iba descuartizando mediante heridas y desgarramientos. Esto expresa su desesperación de ser libre la cual, bajo la influencia maligna, lo estaba conduciendo a la solución más fácil: el suicidio. Aquí cobran sentido las palabras con las cuales Jesús describió al diablo en Jn. 8:44: “Siempre ha sido un asesino y un gran mentiroso.”

Seguidamente, Marcos nos cuenta de la acción de aquel hombre en medio de una de las peores pesadillas satánicas, que hizo de aquel ser humano, creado a la imagen de Dios, un espanto sacado de los cuentos de la cripta. Todavía no encuentro la gracia que las personas encuentran en las decoraciones del halloween. En el infierno no hay nada que cause gracia a los que allí se encuentran aguardando el juicio final. Por el contrario la descripción que Jesús nos da es aterradora.

¿Por qué corrió hacia Jesús? (v.6) Tenga en mente que este hombre jamás había visto a Jesús. La sola presencia de Jesús ejerció sobre él, aun a la distancia, una influencia benéfica. Influencia que también fue percibida por el mismo espíritu maligno. Esto explica las palabras violentas que dirige a Jesús traducidas por la VP de esta manera: “¡No te metas conmigo, Jesús, Hijo del Dios altísimo! (v.7)

Sin maltratar el texto podríamos inferir que este fue un acto de lucidez temporal que lo llevó hacia donde estaba Jesús, quien posiblemente aun estaba bajando de la barca, y se arrodilló como esperando de él el alivio. ¡Que desesperación! ¿Se imagina lo perplejo que estarían los que estaban con Jesús? Si usted hubiera estado allí ¿Cómo hubiera reaccionado?

Otro detalle en el v.7 es la petición acusativa hacia Jesús. La VP lo traduce así: “Te imploro por Dios que no me atormentes.” Notemos lo siguiente:

a) Conocía la verdadera identidad de Jesús. (Mr. 1:23-24, 3:11-12, Hch. 19:13)

b) Tanto aquí como en otros textos donde los demonios revelan la identidad del Señor, Jesús no recibe tal reconocimiento.

c) Su atrevimiento de invocar el nombre sagrado.

d) La ironía: el atormentador de la vida aquel hombre pide ser exonerado del tormento.

Según el v.8, el Señor ya le había dado la orden “¡Sal de este hombre, espíritu maligno!” sin que hubiera obedecido, ¿Por qué? Si ubicamos Mr. 1:25, 9:25-26 veremos que por lo general la obediencia a esta orden era inmediata. La demora aquí es permitida con el objetivo de manifestar el poder de Cristo, no sobre uno o dos demonios, sino sobre una legión. Legión era una cuadrilla militar romana de 6.000 soldados. Denota aquí un número bastante grande como para precipitar 2.000 cerdos en el mar.

La petición enunciada en el v.10 es un poco extraña. Lucas 8:31 es más específico señalando que el temor de ellos era que Jesús los enviara al abismo. Esto solo puede enseñarnos que el poder e influencia de estos espíritus malignos es solo permisiva y temporal. Jesús tiene autoridad y dominio sobre el mundo de los espíritus malignos. A todas estas, los discípulos están allí viendo y oyendo todas estas cosas.

Esta es una historia que edifica nuestra fe en un mundo en donde se ha perdido temor al mal y al maligno. En donde el mal y la muerte se disfrazan con la máscara inocente de un espectro sonriente.

Note la vividez con la cual los evangelios relatan lo sucedido: “Cuando los espíritus malignos salieron del hombre, entraron en los cerdos, que eran unos dos mil, y la manada se precipitó al lago por el despeñadero y allí se ahogó. Los que cuidaban los cerdos salieron huyendo y dieron la noticia en el pueblo y por los campos, y la gente fue a ver lo que había pasado.

Llegaron adonde estaba Jesús, y cuando vieron al que había estado poseído por la legión de demonios, sentado, vestido y en su sano juicio, tuvieron miedo. Los que habían presenciado estos hechos le contaron a la gente lo que había sucedido con el endemoniado y con los cerdos. Entonces la gente comenzó a suplicarle a Jesús que se fuera de la región.”

1. Esta es la primera parte de la enseñanza para nosotros hoy:

a. Satanás y los demonios son reales, tienen poder para influenciar aun a los creyentes a hacer lo malo y no se deben tomar con liviandad. Si uno no está controlado por el poder de Dios y guardado por el Santo Espíritu, está bajo el control de otro que no tendrá misericordia en su trato con él.

b. El temor sobrevino a la gente por el poder que había sanado a aquel hombre. Percibieron el poder sobrenatural que residía en Cristo, pero hicieron caso omiso de la misericordia y amor infinito. Y en lugar de darle la bienvenida, le pidieron que se fuera de ellos. Esta es la situación de muchos que temen ser expuestos al poder transformador del Señor y optan por despedirlo y quedarse donde están.

Pero la historia no termina allí. Marcos tiene un detalle más que contarnos: “Mientras subía Jesús a la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le permitiera acompañarlo. Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los de tu familia, y diles todo lo que el Señor ha hecho por ti y cómo te ha tenido compasión.”

2. Esta es la segunda parte de la enseñanza para nosotros hoy:

a. Aquel hombre conocido y temido es dejado en su casa, cerca de los suyos, para ser un monumento y un testimonio de la misericordia divina.

b. Aquel hombre encontró en Jesús lo que la gente no pudo darle: amor y aceptación. Deje de buscar en otras cosas, lugares y personas, vuélvase a Jesús y como aquel hombre usted nunca mas será la misma persona.

c. La historia de este hombre proclama esta verdad: No hay ninguna necesidad humana que esté más allá del interés de Jesús.