Summary: Es costumbre hacer resoluciones y promesas para el nuevo año, pero ¿hemos cumplido con ello? Creo que es mejor no hacer nuevas resoluciones sino hacer remembranza del pasado.

Para no olvidar

Introducción: Cada año se hacen promesas, resoluciones y buenas intenciones. Pero parece que al transcurrir el año se van olvidando todas esas palabras e intenciones. Y entre más nos bendice Dios, se nos olvida de dónde viene nuestra bendición. En esta noche, vamos a hacer algo distinto. No haremos nuevas resoluciones.

Oración de transición: En esta noche, más bien, hagamos memoria de lo que Dios ha hecho y qué podemos hacer para no olvidar.

1. ¿Por qué debemos darle gracias a Dios?

A. Por Su don inexplicable (2ª Corintios 9:15)

B. Por el sostén (Juan 6:11)

C. Por la victoria (2ª Corintios 2:14; 1ª Corintios 15:57)

2. Pero hay peligro en estas bendiciones

A. Si tomamos la honra para nosotros (Deuteronomio 8:17)

B. Si vamos en pos de otros dioses—ejemplo: el trabajo, el dinero, etc. (Deuteronomio 6:14)

C. Se dejamos de orar (2ª Corintios 7:12-15)

3. ¿Cómo debemos expresar nuestra gratitud?

A. Por medio de la alabanza (Salmo 107:8)

B. Por medio de la comunión (1ª Juan 1:3)

C. Por medio de la adoración (Juan 4:24)

D. Por medio de nuestro amor (Mateo 22:37-40)

4. Pero hay peligro de defraudar a Dios

A. Si olvidamos su bondad (Oseas 13:6)

B. Si olvidamos sus mandamientos (2ª Corintios 21:10)

5. ¿Cuál es el lugar de la remembranza?

A. En la edificación del altar y regresar a Dios (Oseas 14:12)

B. En guardar como tesoro Sus pactos

a. En la naturaleza, como el arco iris (Génesis 9:13)

b. En la participación de la Santa Cena del Señor (Lucas 22:19, 20)

Conclusión: Hoy hemos hecho remembranza de todo lo que Dios ha hecho para con nosotros. No hagamos nuevas promesas o resoluciones y mucho menos nuevas intenciones. Sencillamente, recordemos siempre la gratitud hacia Dios y que Él es quien sacia de bien y satisface nuestra necesidad. Atesoremos Su Palabra (donde está tu corazón, allí está tu tesoro), participemos de la Cena del Señor (1ª Corintios 11:23, 24). Pero lo más importante, no olvidemos el lugar donde debemos estar. El lugar donde siempre si mantiene ardiendo el fuego de nuestra gratitud, el altar. Estemos allí, para que no olvidar.