Marcos 10
Jesús En Judea
1Levantándose de allí, Jesús se fue* a la región de Judea y al otro lado del Jordán; y se reunieron* de nuevo las multitudes junto a Él, y una vez más, como acostumbraba, les enseñaba.
Enseñanza de Jesús sobre el divorcio
2Se acercaron algunos fariseos, y para poner a prueba a Jesús, le preguntaban si era lícito a un hombre divorciarse de su mujer.
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5Entonces Jesús les dijo:
10Ya en casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto.
11Y Él les dijo*:
Jesús bendice a los niños
13Traían niños a Jesús para que Él los tocara, pero los discípulos los reprendieron.
14Cuando Jesús vio esto, se indignó y les dijo:
El joven rico
17Cuando Jesús salía para irse, vino un hombre corriendo, y arrodillándose delante de Él, le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?”.
18Jesús le respondió:
20“Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud”, dijo el hombre.
21Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo:
Peligro de las riquezas
23Jesús, mirando en derredor, dijo* a Sus discípulos:
26Ellos se asombraron aún más, diciendo entre sí: “¿Y quién podrá salvarse?”.
27Mirándolos Jesús, dijo*:
29Jesús respondió:
Jesús anuncia su muerte por tercera vez
32Iban por el camino subiendo a Jerusalén, y Jesús iba delante de ellos. Los discípulos estaban perplejos, y los que lo seguían tenían miedo. Y tomando aparte de nuevo a los doce, comenzó a decirles lo que le iba a suceder:
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Petición de Jacobo y Juan
35Jacobo y Juan, los dos hijos de Zebedeo, se acercaron* a Jesús, diciendo: “Maestro, queremos que hagas por nosotros lo que te pidamos”.
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41Al oír esto, los diez comenzaron a indignarse contra Jacobo y Juan.
42Llamándolos junto a Él, Jesús les dijo*:
El ciego Bartimeo es sanado 46Entonces llegaron* a Jericó. Y cuando Él salía de Jericó con Sus discípulos y una gran multitud, un mendigo ciego llamado Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino. 47Cuando oyó que era Jesús el Nazareno, comenzó a gritar y a decir: “¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!”.
48Y muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba mucho más: “¡Hijo de David, ten misericordia de mí!”.
49Jesús se detuvo y dijo:
51Y dirigiéndose a él, Jesús le preguntó: