Estaba un viejecito por nombre ( ----------) que fue internado en un asilo en el cual se la pasaba todos los días admirando a una viejecita que se llamaba (----------) hasta que ya no pudo mas y un día muy de mañana decidido y todo se fue al desayuno y terminando de desayunar se dirige a su viejecita de sus sueños y le dice, oiga Martita, ¿Le gustaría a usted ser mi novia? A lo que Martita ( ó cualquier nombre) le responde ¡claro que sí!. Muy a gusto los dos se van y platican muy emocionados durante todo el día hasta al anochecer. Al otro día muy de mañana se levanta Don Martín (?) y muy preocupado se dice a si mismo, ¡Ah caramba! Yo recuerdo que le pregunte a Martita si quería ser mi novia pero no me acuerdo que me respondió. Muy preocupado el hombre se dirige a Martita lo mas pronto posible y le dice; oiga Martita, yo recuerdo haberle preguntado ayer que si quería ser mi novia pero no recuerdo si me dijo si o no, para su gran sorpresa, Martita le responde ¡Ah que Don Martín que bueno que me pregunta, yo me acordaba que había dicho que si pero no me acordaba a quien le había dicho. (Moraleja….tendemos a olvidar casi todo lo que prometemos hacer).