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Summary: Jesús enseñó que hay algo más importante que recibir algo, esto es, dar.

Es Mejor Dar que Recibir

Intro. Era la víspera de Navidad de 1971, los regalos ya estaban preparados bajo el árbol (así como el que tenemos aquí, bueno las cajas no eran tan grandes…ahora que lo pienso, siempre supe que no era Santa Claus quien traía los regalos). Bueno, como decía los regalos estaban bajo el árbol y nosotros ya estábamos ansiosos por abrirlos. No podíamos esperar el momento de recibir esos regalos. No había nada como eso. Por supuesto, cuando mi mamá se descuidaba, nos acercábamos y sacudíamos un poco las cajas para ver si podíamos adivinar que tenían dentro. Allí estaban Para Nelly, Para Lety, Para Rubén, para Wilbur (en esta ocasión era bastante grande). Ya nos veíamos abriendo los regalos y descubriendo sus contenidos. Pero esa noche, mis padres tuvieron que salir y nos quedamos con una chica que apoyaba a mi mamá con las labores domésticas. No recuerdo como lo hizo esta muchacha, pero cuando nos dimos cuenta estábamos los cuatro encerrados en el baño de la casa (que por alguna razón se le podía poner seguro por fuera). Mientras éramos víctimas de esta emboscada, la chica fue al árbol y se las ingenió para abrir las envolturas de los regalos lo suficiente como para ver de qué se trataba cada regalo, luego liberó a los rehenes y por si fuera poco…nos dijo a cada uno que íbamos a recibir al día siguiente. Por cierto, esa vez me tocó un burrito con sus rueditas, que avanzaba al impulsar tu peso hacia abajo. Pero esa Navidad fue diferente, porque nos arruinaron la sorpresa de recibir un regalo.

Y es que la verdad, si eres como yo te debe encantar recibir cosas. ¡Cuán especial es recibir regalos o cosas que nos agradan! ¿A quién no le gusta recibir cosas? Al entrar recibieron una tarjetita que de un lado dice “De:” y “Para:” En el reverso de la tarjeta, es decir en la parte en blanco, quiero que escribas cuál sería el mejor regalo que pudieras recibir esta Navidad. Qué sería eso que si lo recibieras te sentirías super feliz, contento, satisfecho. Qué sería ese algo especial que te gustaría tanto recibir….escríbelo.

Cuán especial es recibir. Recibir algo especial para ti es lo mejor que te pudiera pasar…bueno, tengo que admitir que esto no tan así. Aunque es muy bueno y especial recibir algo, Dios dice que hay algo mucho mejor que recibir…Mejor es dar que recibir. Tenemos oportunidad de dar, porque es más bienaventurado dar que recibir, hay más dicha en dar que en recibir.

Quizá esto se oiga raro. Quizá es la primera vez que escuchas algo así. Estamos muy acostumbrados a la dicha de recibir..para nuestro cumpleaños, nuestro aniversario, Navidad, día de la madre o del padre, día del Médico, de la enfermera, del pastor, de la secretaria, etc. No cabe duda recibir es algo muy especial. Pero la Biblia nos está llevando a ver las cosas desde una perspectiva poco explorada. Nos está dando este principio eterno, “Es mejor dar que recibir”.

Se nos narra en el libro de los Hechos al final de capítulo 20, que Apóstol Pablo estaba pasando por un momento emocionalmente intenso. Se estaba despidiendo de personas que él amaba. Se trataba de los Ancianos de la Iglesia de Éfeso (algo así como los pastores de allí) Lo más probable era que ya nunca más las vería. Él lo sabía y ellos también.

A partir del versículo 18 comienza a hablarse de cuánto les ama y todas las cosas que ha hecho. Les recuerda sus responsabilidades, les advierte de los peligros que vendrán para ellos y para la Iglesia y les anima a mantenerse fieles a su llamamiento.

Al llegar al versículo 33 al 35 leemos estas palabras:

“Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir”.

Aquí está el principio que quiero que nos llevemos hoy para aplicar a nuestras vidas: “Es mejor dar que Recibir”. Hay más dicha en dar que en recibir. Es más afortunado el que da que el que recibe.

Y lo más importante es que no lo dijo cualquier persona, sino que por el testimonio del apóstol Pablo sabemos que lo dijo el Señor Jesucristo. Y sabemos que en la vida de Jesús este principio no fueron sólo palabras retóricas o frases bonitas. Sino con cada palabra y acción Jesucristo modeló este principio en su vida. El dio, dio, dio, dio. Dio perdón, dio gracia, dio sabiduría, dio misericordia, dio su vida toda. El es el máximo ejemplo a seguir de una vida que muestra que realmente es mejor dar que recibir.

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