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Summary: Para los discipulos, lo más importante en vida es Jesús

Cuando el verano llegaba, mi familia pasaba una larga temporada en la Playa. Íbamos a Chuburná Puerto y una de las actividades anuales era ir a pescar. Mi papá hacía arreglos con los pescadores y nos llevaban a pescar por unas cuantas horas y como a las 11 de la mañana ya estábamos de nuevo en la playa. Yo disfrutaba mucho ir de pesca.

Un verano en particular hice buena amistad con los hijos de unos pescadores y entre relajo y relajo me ofrecí a ir con ellos a una jornada normal de trabajo. Así que la aventura inició a las 4:00 am en la playa, tuvimos que empujar la barca de la arena hacia el mar. Viajamos por un buen tiempo mar adentro y comenzamos a pescar, y pescar y pescar. El sol comenzó a ser más inclemente. Pasaron una, dos, tres, cuatro, cinco horas y yo ya estaba satisfecho, listo para regresar a tierra.

Pasaron otras cuatro horas y ya todo me daba vueltas, entre el vaivén de las olas y el sol candente yo ya tenía suficiente por ese día. Por fin como a las 5 o 6 de la tarde comenzamos a regresar. Recuerdo que el viaje de regreso me decía a mí mismo “no lo vuelvo a hacer”. No es lo mismo ser aficionado a ser profesional de la pesca.

Todo este mes, hemos estado considerando las características del carácter de los discípulos que Jesús llama. Cuando Jesús llamó a sus primeros discípulos, los llamó de entre los pescadores del mar de Galilea y les dijo que ahora los llamaba a ser pescadores, pero ya no de especies acuáticas, sino pescadores de personas.

Y esta es una realidad de todo creyente en Jesucristo. Si estás en una relación creciente con Jesucristo, él te ha llamado a ser su discípulo para ir en busca de más discípulos. ¿Qué quiere decir esto? Que él te ha puesto para vayas en busca de otras personas (“pescar”) para que entren también a una relación creciente con él. Somos enviados a llamar nuevos discípulos para Jesús.

Pero al igual que mi experiencia con la pesca, no es lo mismo ser un aficionado a ser un profesional. No es lo mismo decir que soy discípulo de Jesús y mostrar las verdaderas características del carácter de un discípulo.

Por eso este mes hemos estado considerando algunas características de carácter de los discípulos. Hemos dicho que son los discípulos son fieles, humildes, enseñables y hoy terminamos nuestra serie, agregando una cuarta característica de los discípulos de Jesús: Un discípulo es entregado. Por eso decimos esta mañana: Para los discípulos, lo más importante en la vida es Jesús.

Ser discípulo de Cristo es estar entregado de manera plena a la persona, obra y misión de Jesucristo. Es que él sea tu prioridad y toda tu vida sea vivida a la luz de sus enseñanzas. El apóstol Pablo lo resumió así: Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.

Quizá esto a simple vista se oye radical, pero cuando estudias el evangelio no puedes llegar a otra conclusión sino a que ser discípulo de Jesús se trata de renunciar a ti mismo, tomar tu cruz y seguirlo a donde él te guíe.

Esto va muy en contra del mensaje de la cultura alrededor que cada vez es más individualista y exalta la libertad e independencia de cada persona. La idea de vivir para alguien más y no para ti, para tus propósitos, haciendo lo que te dé la gana, no suena como una manera en la que quieras vivir.

Pero es precisamente a ese tipo de entrega, de dedicación e intencionalidad a la que somos llamados. Por eso repetimos, para los discípulos, lo más importante en la vida es Jesús.

En varios pasajes del Nuevo Testamento se enfatiza esta entrega total como discípulos, pero hoy consideraremos uno encontrado en Lucas 9:57-62. En este pasaje encontraremos a tres personas que tuvieron una interacción con Jesús relacionada con el hecho de seguirle o ser sus discípulos. Pero como veremos, Jesús les aclara lo que implica ser discípulos. Y aunque pudiéramos pensar que el Señor les contesta de una manera dura, lo que en verdad está haciendo es mostrando lo que realmente había en sus corazones y les aclara que para los discípulos no hay algo más importante que Jesús. Si algo va a caracterizarte como discípulo, es esta entrega total a la persona y obra de Cristo.

Dice Lucas 9:57-58 Iban por el camino cuando alguien le dijo:—Te seguiré a dondequiera que vayas. —Las zorras tienen madrigueras y las aves tienen nidos —le respondió Jesús—, pero el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza.

La primera persona que interactúa con Jesús en este pasaje es un hombre que le dice con mucho entusiasmo: “Te seguiré a donde quiera que vayas”. Yo le llamo a este “el romántico”. Es como esos jóvenes enamoradizos que en un arranque de euforia romántica empiezan a decirle a la jovencita que conocieron por unas semanas en el verano o en el campamento: “Te amaré toda la vida” o “Yo por ti cruzo los siete mares”.

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