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Summary: Esta ceremonia la escribimos mi esposa y yo para una pareja de nuestra congregación.

Ceremonia para Susie y Gil

Preludio (30 minutos antes de la hora anunciada en la invitación)

Lectura congregacional: Salmo 128

Invocación

Procesión

1. Madre y padre del novio

2. Madre de la novia

3. Abuelos del novio

4. Abuelos de la novia

5. Ministro seguido por el novio y el padrino de honor

6. Velación

7. Cojines

8. Biblia

9. Arras

10. Lazo

11. Niño con anillos

12. Niña de pétalos (comenzando aquí se toca la marcha nupcial. La madre de la novia se pone en pie primero y después toda la congregación).

13. Novia con su padre

Entrega de la novia

(Pregunta el ministro: ¿Quién entrega a esta mujer?)

Contesta el padre: Yo, su padre, Juan Seniseros, juntamente con su madre. Sentar a la congregación. (Canto por el padre—Besos de mariposa)

Rosas (El padre de la novia se hace hacia atrás durante este momento. Diríjase a los novios. Tenga los ramos junto a usted antes de la ceremonia)

El matrimonio es la unión de dos vidas y la celebración del amor de ellas. Hoy les digo que es algo más profundo de lo que piensan y envuelve a más personas que solamente ustedes dos. El amor que ustedes sienten florece de la semilla que sus madres plantaron en sus corazones desde que nacieron. Cuando nacieron, eran un bultito de pañales y llanto y sus madres sufrieron desvelos por cuidarlos. El amor de ellas por ustedes les ha traído grandes alegrías y grandes desafíos, y su amor no menguó cuando las cosas eran difíciles. Este es un buen ejemplo que pueden traer a su matrimonio. Al estrecharse el uno al otro en amor, en ese círculo están sus familias. Como símbolo de gratitud a sus madres, quiero que regalen estos ramos de rosas a ellas. (Ambos llevan su ramo a su madre y las abrazan, pueden decirles unas palabras y luego abrazar a sus padres también).

Después el padre de la novia toma la mano derecha de su hija entre sus manos, luego le da un abrazo y beso, extiende su mano derecha en saludo al novio y pone la mano derecha de la novia en la mano izquierda del novio.

Ceremonia

Apelación general (novios sentados)

Estimados hermanos, familiares y amigos, nos hemos reunido aquí para ser testigos de los votos nupciales que Susie y Gilberto harán ante Dios este día. Dios instituyó el matrimonio en el principio: (Génesis 2:18-24) Y dijo Jehová Dios, no es bueno que el hombre esté sólo; le haré ayuda idónea para él. . . Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

Es mi oración que los presentes que ya han contraído matrimonio sean recordados los votos que hicieron en un día. Quizá el evento de hoy haga más fuertes los lazos de amor entre ustedes. Creo que esto sería el más hermoso regalo que la boda de Susie y Gil podrán ofrecernos. No creo que haya alguien en esta congregación que trate de impedir la unión de estos jóvenes y siendo que el silencio que guarden para con esta pareja contribuirá a la felicidad de la misma, que su comentario sobre este hogar sea siempre para bien y edificación del mismo.

Lectura Bíblica: Eclesiastés 4:9-12; Colosenses 3:12; 1ª Juan 4:7-21

Apelación a los novios

Susie y Gil, ustedes están por hacer votos serios. Sus palabras son bellas que tienen bellas intenciones. Mi oración es que mantengan vivos estos votos todos los días que vivan, dándose de su tiempo y su amor el uno al otro, el significado de sus palabras se hará más y más real conforme pase el tiempo. Los momentos felices de sus vidas serán de mucho gozo pues se multiplicarán al compartirlos el uno con el otro. Cuando vengan las pruebas y tiempos difíciles, recuerden que se ayudarán mutuamente a compartirlos haciéndolos fáciles de sobrellevar. Cuando vengan esos días difíciles recuerden esto: Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre lo llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor… Este hombre llevaba un nombre no ilustre, pues le recordaba a su madre que le causó mucho dolor. A pesar de esto, el estaba conciente de algo muy importante… E invocó Jabes al Dios de Israel diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensanchares mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras del mal para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió (1º Crónicas 4:9-10). En esos momentos obscuros de la vida, Dios está cerca y escucha la oración y está listo para responder.

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