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Summary: Dios nos ha dado principios en las Sagradas Escrituras que al ponerlos en practica nos ayudarán a vivir una vida plena en Cristo.

Como evitar problemas.

El avisado ve el mal y se esconde; mas los simples pasan y reciben el daño.

Prov. 27.12

I. Hay un mal que se puede evitar. Tarde o temprano se verá venir.

¿Quién no quiere ser advertido?

II. ¿Cómo podemos evitar ese mal?

A. Ha y una gran diferencia entre ser probados y/o ser sometidos a prueba y ser inducidos a pecar.

1. Ser probados. A menudo se expresa con la metáfora de la purificación de metales preciosos en el crisol. Dios pone a prueba a los hombres, tratándose a menudo de la fe de ellos. Dios «tentó» (es decir, «probó») a Abraham al mandarle que ofreciera a Isaac en holocausto, y la fe del patriarca salió robustecida [Gn 22.1; Heb 11.17] según la norma subrayada en 1Ped. 1.6-7.

2. Ser Tentados. Si hay tentación, si somos inducidos a pecar, es fácil prever que detrás de esto hay algo malo, dañino, peligroso, que tendrá la capacidad de afligirme.

3. Prov 22.3 El avisado ve el mal y se esconde; Mas los simples pasan y reciben el daño.

4. Prov 27.12 El avisado ve el mal y se esconde; Mas los simples pasan y llevan el daño.

Ser avisado es: Conocer o ser advertidos de algo con anticipación por medio de ciertas señales o indicios; es disponer de los medios necesarios para prevenir posibles males o daños.

a. Señales o indicios es aquello que permite conocer o deducir la existencia de algo que no se percibe.

b. El creyente dispone de los medios necesarios, para no caer en el mal como son la Palabra de Dios, la oración, el Espíritu Santo morando en el creyente y del pastor.

• Rom 12.2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Si nos metemos en ella, habrá pecado y habrá castigo.

5. Recuerde que un pecado nos lleva a otro pecado.

• Stg. 1.12-16 12Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. 13Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie [Dios no induce a nadie a pecar]; 14sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia [deseo desordenado e incontrolable – 2Tim. 1.7] es atraído y seducido. 15Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. 16Amados hermanos míos, no erréis.

La Biblia dice:

Prov. 27.12 El avisado ve el mal y se esconde; Mas los simples pasan y reciben el daño.

III. Todos hemos sido prevenidos en alguna ocasión.

A. Pablo fue avisado.

• Hchs. 23.16 Mas el hijo de la hermana de Pablo, oyendo hablar de la celada, fue y entró en la fortaleza, y dio aviso a Pablo.

B. El varón de Dios fue avisado y desobedeció [nos confiamos]

• 1 Rey 13.26 Oyéndolo el profeta que le había hecho volver del camino, dijo: El varón de Dios es, que fue rebelde al mandato de Jehová; por tanto, Jehová le ha entregado al león, que le ha quebrantado y matado, conforme a la palabra de Jehová que él le dijo.

C. Dios avisa antes de golpear.

Lc. 15.11-24 11También dijo: Un hombre tenía dos hijos; 12y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. 13No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. 14Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. 15Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. 16Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. 17Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. 20Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 21Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 22Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

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