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Summary: Las implicaciones prácticas para el cristiano de la frase "Consumado Es".

¡CONSUMADO ES!

Juan 19:30

INTRODUCCIÓN

Los evangelios presentan una serie de cuadros de la vida de Cristo. Los primeros son preciosos. Nos hablan de una luz que llega a Belén y que desde allí había de alumbrar a todo el mundo. Unos años este cuadro nos muestra el poder de Jesús en ciegos que ahora podían ver, cojos que podían caminar, un muerto resucitar, multitudes que son alimentadas milagrosamente, pecadores que encuentran la esperanza en sus palabras.

Pero hay un enorme cambio en los temas de estos cuadros de la vida de Jesús. Sucede lo inesperado. Estos cuadros cambian de colores brillantes, y se tiñen de colores oscuros. Vemos a un Cristo sufriendo los horrores de una crucifixión, cargando una pesada cruz en la que más adelante sería colgado en medio de dos ladrones. Contemplamos a un hombre recibir una serie de insultos y burlas, recibir latigazos en su espalda, y puñetazos y escupitajos en la cara. Y finalmente, lo escuchamos gritar con las últimas fuerzas que le quedan: ¡Consumado es! Estas palabras fueron pronunciadas con tanta intensidad porque quería llamar la atención de todos los que estaban a su alrededor. Y mientras aquellas personas se preguntaban qué significaban esas palabras, dice la Biblia que Jesús... inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

Estas palabras significan mucho más que sus últimas palabras con vida. Significan mucho más que el fin de la agonía infernal que acababa de experimentar. ¡Consumado es! Se trata de dos palabras que tuvieron significados diferentes, pero interesantes que consideraremos brevemente.

I. PARA SUS DISCÍPULOS FUERON PALABRAS DE DERROTA

A. Al menos un discípulo, Juan, estaba presente en la cruz. Vr. 26

Él iba a llevar el reporte a los demás discípulos. Imagínense la confusión de ellos cuando Juan les narró los hechos de la cruz, y terminando su relato como aparece en el vr. 30 Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo:¡Consumado es! E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

Juan no podía creer lo que acababa de presenciar. La idea del Cristo muerto en manos de sus enemigos iba totalmente en contra de todas sus expectativas.

B. También sabemos que el ánimo de los demás discípulos no era nada optimista. Aquellos hombres que escucharon el reporte de Juan, estaban sentados, en silencio, con los ojos fijos en el suelo escuchando las palabras de Juan. Cuando terminó, nadie se movió. Puedo imaginarme a Pedro sacudir la cabeza diciendo ¿Y eso es todo? ¿Eso es lo que ganamos con todo lo que hemos hecho? ¿Dejamos nuestros hogares y trabajos sólo para esto? ¡Creo que hubiera sido mejor haberme quedado pescando!

Con toda seguridad, Juan contagió su desánimo a los demás discípulos. Lucas 24:13-21 dice:

13Aquel mismo día, dos de los discípulos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén. 14Iban hablando de todo lo que había pasado. 15Mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se acercó y comenzó a caminar con ellos. 16Pero aunque lo veían, algo les impedía darse cuenta de quién era. 17Jesús les preguntó:

—¿De qué van hablando ustedes por el camino?

Se detuvieron tristes, 18y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, contestó:

—¿Eres tú el único que ha estado alojado en Jerusalén y que no sabe lo que ha pasado allí en estos días?

19Él les preguntó:

—¿Qué ha pasado?

Le dijeron: —Lo de Jesús de Nazaret, que era un profeta poderoso en hechos y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo; 20y cómo los jefes de los sacerdotes y nuestras autoridades lo entregaron para que lo condenaran a muerte y lo crucificaran. 21Nosotros teníamos la esperanza de que él sería el que había de libertar a la nación de Israel. Pero ya hace tres días que pasó todo eso.

Note la amargura de sus voces. Era como si estuvieran diciendo: "Teníamos grandes sueños y grandes esperanzas, pero ahora todo se ha ido; nos hemos quedado sin nada. No hay nada qué hacer; Si algo iba a suceder, ya es demasiado tarde, pues han pasado tres días".

D. ¡Consumado es! Para sus discípulos estas eran palabras de derrota, como si le hubieran apostado todo a Jesús... y hubieran perdido.

II. PARA LOS ENEMIGOS DEL SEÑOR FUERON PALABRAS DE RENDIMIENTO

A. En la Biblia descubrimos que cada paso en la vida de Jesús era una batalla a muerte contra Satanás.

1. Satanás movió a Herodes para que matara a todos los bebés en Belén para matar al niño Jesús.

2. Luego lo vemos personalmente tentando a Cristo en el desierto, retándolo a que se aventara desde la cima del templo para morir.

3. Luego vemos cómo engañó a Pedro para convencerlo de que no muriera en la cruz.

4. Finalmente vemos que entró en Judas Iscariote para traicionar y vender a Cristo con sus enemigos.

5. Además, los constantes rechazos de la misma gente entre la que hizo milagros.

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