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Summary: Sermón #5 de la serie "Tesoros del Padrenuestro". El tema de hoy es uno que también se mal entiende. Hay algo muy interesante de notar en este bosquejo de la oración. Dios es un ser tan sabio, que le importa nuestro bienestar emocional y psicológico por

El tesoro del perdón

Mateo 6:12

Introducción

Ya tratamos que Dios estableció una relación familiar con nosotros y nos dio el privile-gio de llamarle Padre por amor y por fe en Cristo es nuestro. Luego establecimos el sitio donde habita Dios y lo que significa santificar su nombre. La vez pasada sondea-mos el tesoro de la soberanía de Dios sobre nuestras vidas y lo que implica. ¿Nota el maravilloso equilibrio que tiene el Padrenuestro? Fíjense, la primera parte trata cómo dirigirse a su nombre (que encierra todo—paternidad, parentesco y autoridad); luego el tratado es acerca de su reino y su voluntad. En tercer lugar enfoca nuestra atención a nuestras necesidades, “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”. La Biblia claramente nos dice “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). Luego continuamos con los tesoros del Padrenuestro con el tema de la provisión de Dios. El tema de hoy es uno que también se mal entien-de. Hay algo muy interesante de notar en este bosquejo de la oración. Hay algunas frases que se repiten y que se conocen como dobles según el paralelismo en la poesía hebrea, o sea que lo siguiente da un poco más de luz a lo que ya se trató. Hay una frase que se repite completamente y está como entre corchetes, como encerrando la totalidad del texto; que son los versos 12, 14, 15. La poesía hebrea es muy interesante y no se utiliza tanto en el Nuevo Testamento como en el Antiguo Testamento. Los ver-sos 12, 14 y 15 son resaltados, como para hacernos notarlos o enfatizarlos. Dios es un ser tan sabio, que le importa nuestro bienestar emocional y psicológico porque El nos hizo y sabe que la totalidad del hombre necesita de Él.

Hoy, más que nunca necesitamos sanidad en nuestras emociones.

Las ofensas dejan huellas hondas y el perdonar no es fácil, es difícil. Sobre todo cuan-do suceden ofensas entre amigos cercanos, miembros de la familia. El no perdonar nos abruma con el pasado, nos atormenta con temor de ser rechazados y humillados, cau-san sospechas y desconfianza. Duele el perdón y cuesta el perdón, porque tenemos que dejar de desear que se castigue la persona que nos ofendió.

Nuestro texto de hoy: Mateo 6:12 nos ayuda a tener libertad de varias formas.

Primeramente, libera nuestra alma

1. Porque quien no perdona aprisiona su propia alma.

A. La persona que no perdona sufre y no el que cometió la ofensa. Muchas veces quien nos ofendió ni cuenta se da que nos ofendió. Un ejemplo de aprisionarse a sí mismo es el Sr. Richardson. Se dice de un millonario que vivía en Nueva York, Joseph Richardson. El Sr. Richardson tenía un terreno de cinco pies de ancho en medio de unas casas. El quería vender esta propiedad a cualquiera de los vecinos que colindaban con ella. Ambos vecinos dijeron que la comprarían pero a un precio más bajo que lo que él quería. En vez de negociar, fincó una casa en ese terreno, y se mudó a ella. Por su deseo de vengarse por medio de “hacer que se mirara feo” el vecindario, se condenó a sí mismo a vivir en una casa tan pequeña y estrecha. Con el tiempo la casita se llegó a conocer como “la casa de resentimiento”.

En segundo lugar, libera a la persona que fue el ofensor.

1. Si nota el verso, la palabra deuda tiene connotación monetaria. Cuánto más grande la ofensa, más grande debe ser el perdón, una transacción igual. El perdonar tiene dos formas de redimir.

A. Uno, despedir. Esta palabra es otra de las traducciones de la palabra perdón, “despedir” el mal. El prototipo en el A.T. es el macho cabrío que se dejaba ir en el desierto y nunca regresaba.

B. La otra manera es “soltar”. Una de las maneras de “soltar” al ofensor es como soltar a un prisionero de la prisión. Si perdonamos a quien le ha causado daño, lo soltamos de su prisión en que lo tiene el que guarda rencor.

Colosenses 3:12-13 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si algunos tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.

Una buena ilustración moderna del perdón es el testimonio de Christopher Carrier.

Faltaban solo cinco días para la Navidad cuando un hombre se acercó a Chris-topher Carrier quien tenía 10 años. Este hombre dijo que era amigo de su padre y quería comprarle un regalo de Navidad y necesitaba la ayuda de Chris. Con deseo de hacer algo bueno por su padre, el niño se subió a la casa sobre ruedas que estaba estacionada.

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