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Summary: Mensaje sobre el milagro que Jesús efectuó al resucitar al hijo de la viuda de Naín.

Luc. 7:11 Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud.

Luc. 7:12 Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad.

Luc. 7:13 Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.

Luc. 7:14 Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate.

Luc. 7:15 Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre.

Luc. 7:16 Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo.

Luc. 7:17 Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor.

Vs. 11 (después de sanar al siervo del centurión). Jesús iba a Naín.

El pueblo de Naín es una aldea pequeña en la ladera noreste de la montaña llamada el pequeño Hermón. Está como a 13 Kms. al sudeste de Nazaret, y todavía retiene el nombre en la forma de Neín.

Iban con él muchos de sus discípulos (muchos seguidores de Jesús).

Iba con él una gran multitud (a la multitud le gustaba estar cerca de Jesús. Jesús daba grandes enseñanzas, hacía milagros, sanaba enfermos, liberaba a personas endemoniadas, por las respuestas que daba a los fariseos, saduceos y escribas, por los panes y los peces, etc.).

Esta era una multitud que celebraba

Vs. 12 Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad.

Cuando Jesús iba a entrar en la ciudad, le seguía una muchedumbre, pero venía otra muchedumbre acompañando a una viuda.

En Oriente, el entierro de un muerto se efectúa poco tiempo después de producirse la muerte, usualmente el mismo día.

Hijo único de su madre, la cual era viuda. Esta mujer había perdido a su marido en el pasado, y ahora a su único hijo. Un hijo con una vida por delante, con sueños y retos. Sería difícil la vida para esta viuda, sin estos hombres (ganadores de pan) que la ayudaran en la sociedad en la que vivía, sin medios de apoyo tendría que valerse por sí misma en una sociedad donde la mujer no era muy valorada. Esta viuda estaba emocionalmente devastada y sus lágrimas eran por la gran aflicción en la que se encontraba.

Había con ella mucha gente de la ciudad. La tristeza por el fallecimiento de este hijo único de la viuda había movido a muchos a apoyar a esta viuda en el entierro de su hijo.

Vs. 13 Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella

Aquí Lucas usa por primera vez el término Señor en su evangelio. El Señor Jesús la vio. Es que había algo más profundo que la realidad que se estaba viendo. Aplicación: ¡Qué bueno que el Señor no está ajeno a nuestras circunstancias y a nuestra condición! El quiere ayudarnos, librarnos, restaurarnos, obrar a nuestro favor. Así como Zaqueo, Bartimeo y muchos otros más, esta viuda obtuvo una mirada del maestro y su compasión. Era común que el Señor Jesucristo tuviera compasión de aquellos que estaban padeciendo.

Como dice la alabanza: cuando el Señor Jesús pasa, todo cambia, todo se transforma, se va la tristeza, queda la alegría.

Le dijo: no llores. El Señor Jesús quiere cambiar nuestra aflicción presente por su gozo y bendición.

Mat 5:4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.

A esta viuda en particular, el Señor le dijo que dejara de llorar. Ella debía confiar en Jesús, observar su poder sobre la muerte y creer en El.

En medio de una gran expectación…

Luc. 7:14 Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron.

Habría sido fácil para los que cargaban el féretro seguir caminando. Otros quizá habrían tratado de tocar el féretro y no se lo habrían permitido, ya que la procesión fúnebre tenía que continuar. Pero en esta ocasión fue Jesucristo el que tocó el féretro. Jesús detuvo el entierro. Al tocar un féretro se hacía ritualmente impura la persona. Algunos habrán pensando en qué loco sería este que le dijo a la viuda que no llore y que vino a tocar el féretro.

Era el Rey del cielo y de la tierra el que había tocado el féretro. Su soberanía no tiene límites.

Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate.

El dador de la vida en un instante cambió el panorama fúnebre. Cambió el destino de muerte de este joven por uno de vida. Si este joven murió condenado iba rumbo al infierno, pero ahora tendría una oportunidad de creer en Jesús, aquel que le había levantado de la muerte, en aquel que es la resurrección y la vida.

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