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Summary: Apropiado para el día del padre. Sermón basado en la vida de José, el padre de Jesús.

La paternidad de Dios

Pocos personajes bíblicos han causado tanto impacto en el desarrollo de nuestra fe como José. Pocos personajes tuvieron una vida tan controversial y tan inspiradora. José es un ejemplo para nosotros por su dedicación, su humildad y su fe. Son pocos los casos en los que el Señor intervino directamente para mostrar su voluntad a alguien, como lo hizo con José. Es una lástima que no escuchamos más de él. Me temo que incluso mi presentación en esta mañana no le haga la justicia que se merece. Al estar por celebrar el día del padre creo que es justo que nos refiramos a él, pues nos ha dado un ejemplo digno de emular. Me refiero por supuesto a José, el marido de María, el padre de Jesús.

Aunque hablando estrictamente no es un festival religioso, el día del padre nos da la oportunidad de reflexionar en un tema familiar en nuestra tradición cristiana. De hecho, Jesús nunca habló acerca de la paternidad de Dios. Se refería a Dios personalmente como Abba, padre; para esto escogió la palabra en arameo que implica algo más profundo, más directo que nuestra abstracción: paternidad. Es curioso que, aunque no encontramos el termino en el Antiguo Testamento, Jesús lo utilizó más de 165 veces para designar a Dios. Al llamar a Dios su padre, Jesús implicaba que somos creados individualmente a la imagen de Dios. Nuestra relación con Dios es tan estrecha y directa como la que hay entre un padre y su hijo. De la misma forma como conozco personalmente a mi hija, de la misma forma que siento que es hueso de mis huesos y carne de mi carne, así Jesús dio nuevo sentido a la idea que Dios es nuestro Padre.

Creo que Jesús hablaba de su experiencia personal. Hablaba como el primogénito del carpintero de Nazaret. Para comprender lo que Jesús quiso decir, necesitamos explorar su relación con José, porque allí está la fuente de lo que creemos.

De hecho, sabemos muy poco acerca de José. La iglesia primitiva hizo todo lo posible por suprimir la memoria del padre humano de Jesús. Es necesario leer entre líneas en los evangelios para reconstruir una de las relaciones más importantes e interesantes en la historia. Aunque en el arte cristiano primitivo se le presenta simplemente como un carpintero, debemos recordar que las Escrituras identifican a José como un descendiente de David y Salomón. Con esta tradición de realeza en su sangre, José ha de haber reaccionado con gusto a la esperanza plantada en la revelación del ángel a María que su primogénito sería un día un gran rey. Con razón ha de haber temido la reacción de Herodes ante la noticia del nacimiento de esta criatura en Belén. Unos días después del nacimiento de Jesús, José llevó a su familia a través de cientos de millas de desierto. Procuró poner al niño lejos del alcance de Herodes.

Porque no era seguro retornar a su tierra, José ha de haber permanecido con su familia en Egipto por varios años. Según la costumbre, el papel de José era el enseñarle al niño los misterios de las Escrituras y contarle las historias del pasado de Israel. Mucho de esto ha de haber tomado lugar mientras estaban en Egipto. Más importante que todo esto ha de haber sido que José le habló al niño Jesús acerca del Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Jesús obtuvo su conocimiento acerca de Dios de los labios de sus padres y ha de haber desarrollado su comprensión de Dios en el contexto de las relaciones familiares.

Cuando retornaron a Nazaret, José enseñó a Jesús la profesión de carpintero. En aquellos días el carpintero era un profesional de gran estadía en la comunidad. Era el proveedor principal de combustible para cocinar; proveía partes para la labranza del campo, madera para hacer muebles, material para hacer cestos. El carpintero estaba encargado de plantar árboles, era responsable por la foresta. Era responsable de que las generaciones futuras pudiese tener toda la madera necesaria. El carpintero era un constructor y un arquitecto.

José sabía como hacer los cimientos de una casa. Sabía diseñar y levantar paredes y techos para la casa de una familia o para un edificio público. El cuadro común de José y Jesús trabajando en la soledad de un taller de carpintero es errónea. Ser carpintero involucraba mucho más: cortar y podar árboles en el bosque, medir y hacer cálculos como lo hace un ingeniero moderno, y administrar la foresta.

José introdujo a Jesús a esta profesión activa y demandante en una edad temprana. Lo más seguro que las lecciones que Jesús aprendió al lado de su padre influenciaron su manera de pensar.

Al considerar todo esto, es interesante que el nombre de José apenas se menciona en los evangelios y no se menciona en el resto del Nuevo Testamento. En la tradición de la piedad cristiana escuchamos una gran cantidad acerca de María, pero José se mantiene en el anonimato, fuera del drama.

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