Summary: Sin el nuevo nacimiento, uno no puede ver ni entrar al reino de Dios. Entonces, el nuevo nacimiento es un deber absoluto.

EL NUEVO NACIMIENTO

1 Juan 5:1-5

En la primera carta de Juan, el apóstol repite varias veces tres pruebas de los verdaderos creyentes:

• La prueba de creencia recta (2:18-27; 4:1-6).

• La prueba del amor a los hermanos (2:7-11, 3:11-18, 4:7-12).

• La prueba de obediencia (2:3-6, 2:28-3:10).

El apóstol Juan repitió estas pruebas una vez más en 5:1-5. Solamente Juan nos cuenta la historia de Jesús y Nicodemo en Juan 3. Jesús dijo a Nicodemo, De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios (Juan 3:3). Sin el nuevo nacimiento nadie puede ver el reino Dios. Y en versículo 5, Jesús dijo, De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Sin el nuevo nacimiento, uno no puede ver ni entrar al reino de Dios. Entonces, el nuevo nacimiento es un deber absoluto.

En 1 Juan 5:1-5, el apóstol enfatiza la idea del nuevo nacimiento. Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él (5:1). Creer en Jesucristo es más que creer los datos de él. Creer en Jesucristo es el objeto de nuestra fe. Jesús es el Mesías enviado por Dios para salvarnos del pecado. Creer en Jesús es confiar en él como Señor y Salvador. Noten los efectos del nuevo nacimiento en los versículos 1-5.

PRIMERO: EL NUEVO NACIMIENTO RESULTA EN UNA VIDA DE AMOR (5:1-2): Y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Estas líneas nos enseñan que es imposible amar a los hijos de Dios sin amar a Dios. También enseña que es imposible amar a Dios sin amar a sus hijos. Por medio del nuevo nacimiento entramos a la familia de Dios y este incluye los hermanos de la fe.

SEGUNDO: EL NUEVO NACIMIENTO RELULTA EN UNA VIDA DE OBEDIENCIA (5:3). Como hijos de Dios tenemos que guardar sus mandamientos. Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. Varias veces en la primera carta de Juan, el apóstol enfatiza la importancia de obediencia como evidencia de la salvación en Jesucristo. La palabra guardamos significa que la obediencia debe ser constante. La frase, sus mandamientos no son gravosos, implica que hay una diferencia en las tradiciones religiosas de los judíos y en la fe cristiana.

TERCERO: EL NUEVO NACIMIENTO RESULTA EN UNA VIDA DE VICTORIA (5:4-5). Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? La palabra que se traduce “vence” o “vencido” significa conquistar. Como resultado de nuestra unión con Dios por medio de Jesucristo somos vencedores sobre el mundo. Tenemos la victoria sobre al mundo por la fe en Jesucristo. La palabra “vence” en el griego significa una victoria continua.