Summary: Los cuatro Evangelios registran las siete últimas frases de Jesús antes de su muerte. Son un legado de enseñanza y amor para nosotros.

Las siete Palabras de la Cruz Lucas 23:46

El Ejército de Salvación

Mayor Gerardo Balmori

Introducción: Los cuatro Evangelios registran las siete últimas frases de Jesús antes de su muerte. Son un legado de enseñanza y amor para nosotros. Jesús dijo:

1.- Padre perdónales porque no saben lo que hacen

Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes. Lucas 23: 34

Los latigazos, las bofetadas, la corona de espinas, los clavos, su desnudez, la lanza, hirieron su cuerpo. Los insultos, las expresiones de desprecio y mofa, las burlas y el sarcasmo; herían y desgarraban su corazón, traspasaban enclavaban y destrozaban su misma alma.

¿Que clase de personas se burlarían de un hombre agonizante? ¿Quién seria tan indolente como para poner sal en las heridas abiertas? ¿Cuan bajo y pervertido es el hablar con desprecio a uno que esta atado con dolor? Santiago dice que la lengua es como fuego ¿Quien en tales circunstancias es capas no solo de perdonar sino de pedir perdón por ellos?

2. De cierto de cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso (Lucas 23:43)

• Cuando recibimos al Señor Jesús, recibimos una gran promesa del Padre, la garantía de Dios para el futuro, tentemos la certeza que cuando lleguemos al final de nuestros días en esta carne y nuestro cuerpo físico perezca pasaremos la eternidad con Cristo (1 Juan 2:25)

• Cuando este ladrón (Lucas 23:39-43) aceptó al Señor Jesús recibió en ese mismo momento el regalo de la salvación, aunque halla sido el peor de los seres humanos.

• Cuando Cristo llega a nuestra vida, tiene la potestad para salvarnos y capacitarnos para ser fieles a El y empezar a caminar en la senda escogida por Dios para nosotros.

• Jesucristo llevo la maldición del pecado y de la muerte en la cruz.

3. Mujer he ahí tu hijo, hijo he ahí tu madre (Juan 19:26-27)

• Los valores éticos y morales están descomponiendo nuestra sociedad, el homosexualismo (Romanos 1:26-27) , el adulterio (Mateo 5.27) , (Gálatas 5.19) , sexo con animales (Levítico 20.15-16) , la perdida de la virginidad antes del matrimonio (Deuteronomio 22:20-21) , (1 Corintios 6.13) y muchas otras inmoralidades están envolviendo la sociedad en una suciedad total.

• La irresponsabilidad y el abandono es lo que tiene a la familia y a la sociedad en esta condición.

• Cristo viene pronto a viene por una iglesia santa y sin mancha (Efesios 5.27) , estemos a cuentas (Isaías 1:18)

• El núcleo de la sociedad es el hogar y por ello debe el hogar ser ejemplo como Dios lo instituyó.

• La primera institución que Dios creo fue la familia y El quiere transformar tu corazón y tu familia.

• Dios quiere que tengas un hogar de bendición, El quiere salvar tu hogar acéptalo en tu corazón y deja que Dios te santifique porque como esta escrito "Sin santidad nadie verá al Señor" (Hebreos 12.14)

4.- Dios mío porque me has abandonado

Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: ¿Elí, Elí, lama sabactani? Esto es: ¡Dios mío, Dios mío! ¿Porque me has desamparado? Mateo 27: 46

La hora novena equivalía a las 3 de la tarde Jesús había sido crucificado a la hora tercera o sea las 9 de la mañana. Cuando Cristo pronunció estas palabras ya tenía 6 horas crucificado. Seis horas de intenso dolor; seis horas de indescriptible sufrimiento; seis horas donde el verdadero Dios estaba como verdadero hombre.

Sin duda, de todas las frases que él pronunciara en la cruz esta es la mas profunda y misteriosa. Jesús las pronuncia en arameo, la lengua que en los días de él, todo niño judío hablaba; ya que todo niño además del hebreo hablaba latín, griego y arameo. El arameo fue la lengua maternal que aprendió de niño. Y fue en arameo que habló a la hija de Jairo al resucitara.

Él soportó los golpes y permaneció fuerte ante los juicios de burla que le hacían, él observo en silencio como todos los que lo amaron corrieron lejos El no se quejo cuando los insultos fueron lanzados contra él, ni grito cuando los clavos perforaron sus manos, pero cuando Dios volteó su cabeza, eso era mas de lo que podía soportar. Dios mío, el grito sale de los labios partidos e hinchados. El corazón santo esta roto. No hay nada mas terrible para aquel que ha experimentado la presencia de Dios, como que esta se aparte de el (David dijo: No quites de mi tu santo espíritu) Cristo experimente en carne propia la soledad mas intensa, el olvido mas cruel, y el abandono mas extremo. El sabe lo que los hombres sin Dios sienten. El sabe lo que siente el hombre de Dios siente cuando es pasado por el desierto de la soledad

Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo, como nosotros, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. (Hebreos 4:15,16)

El puede entender al hombre que llora la partida de su cónyuge y se pregunta ¿Dios mío porque? El puede comprender al anciano solitario que en un rincón abandonado y olvidado de sus hijos pregunta ¿Dios mío porque? Al niño que llora con solo el recuerdo de sus padres cuando pregunta ¿Dios mío porque?

5.- Tengo sed

Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que se cumpliese la Escritura: Tengo sed. Juan 19: 28

Físicamente tenia razón para sentir sed pues:

El jueves: Instruyó, preparó, y celebró la pascua, lavó los pies de los discípulos, pronuncio un gran discurso, la oración el Getsemaní donde su sudor era como gotas de sangre. El arresto. El Getsemani

El viernes: En horas de la madrugada, fue sometido a tres juicios judíos: Ante Anás, Caifas, y El Sanedrín. Fue sometido a tres juicios romanos: ante Pilatos, Herodes, y de vuelta a Pilatos.

Le escupieron, le dieron bofetadas y golpes, lo azotaron, le clavaron la corona de espinas le golpearon en la cabeza, tubo que cargar su cruz, lo desnudaron, fue crucificado se le atravesó el costado con una lanza. Como tiesto se seco mi vigor, y mi lengua se pego a mi paladar, y me has puesto en el polvo de la muerte (Salmo 22:15).

Fue azotado. Según la costumbre romana, la victima con las manos atadas, era amarrada a un poste y allí se le azotaba. El látigo era hecho de un trozo largo de cuero con pedazos de huesos filosos y de plomo, hierro o cobre. A veces los destrozos del cuerpo eran tales que quedaban al descubierto venas y arterias profundas huesos a veces incluso entrañas y órganos internos. Muchos condenados morían mientras eran azotados. Otros perdían el conocimiento y se desmayaban. La carne desgarrada y la perdida de sangre, producían en el azotado una fiebre delirante y una sed incontrolable.

A. LA CRUCIFIXIÓN: era el tormento más penoso y humillante de todos en esos tiempos. Era tan terrible la muerte por crucifixión que solo se aplicaba a los esclavos y a los extranjeros; nunca a un ciudadano romano.

Al condenado se le obligaba a cargar su cruz hasta llegar al lugar señalado haciéndolo tomar la ruta más larga posible. Se le hacia pasar por la mayor cantidad de calles mostrando y anunciando su delito y su condena. Esto era con el fin de infundir escarmiento al pueblo y por otro lado para que la gente al verlo, en esa condición si había alguien que pudiera ayudarle o atestiguar a favor de el, se animara a defenderlo y si lograba demostrar su inocencia el reo era absuelto de morir. El reo era azotado a lo largo de camino, a fin de mantenerlo de pie.

Al llegar al lugar indicado, se le acostaba en tierra, se le amarraban los brazos al madero horizontal se le metían en las manos y los pies unos clavos de seis pulgadas de largo y una de ancho. Después la cruz era levantada con la ayuda de cuerdas y todo el peso del sentenciado quedaba pendiente haciendo presión en los clavos.

El sentenciado moría finalmente desangrado, de sed deshidratándose por el intenso calor o por la fiebre que venia a consecuencia de tan horribles tormentos.

B. SED DE JUSTICIA El que dijo: El que tenga sed venga a mí y beba… sufrió sed para saciar la nuestra. El que en una ocasión dijo: Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados. Es que él sintió esa sed aun antes de estar en la cruz aun antes de los clavos, antes de la corona de espinas, antes de los latigazos en su espalda, antes de venir a este mundo y nacer de la virgen. Esa sed nació en el huerto del Edén cuando el hombre que una vez formara con sus manos cayera presa del pecado y herido por su maldad.

Esa se acrecentó al contemplar la degradación humana, creció aun mas al ver al hombre revolcándose en su miseria adorando a las criaturas antes que al creador, sacrificando a los ídolos y llamando a imágenes su Dios. Sintió sed de ver al hombre una vez mas como él lo había formado. El señor sigue diciendo “tengo sed” cuando contempla a una humanidad alejada de El, a las naciones entregándose al pecado y rechazándole a el.

6.- Consumado es

Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entrego el espíritu. Juan 19: 30

Jesús fue clavado en la cruz entre las nueve y la doce de la mañana y murrio entre las tres y las cuatro de la tarde, precisamente al tiempo de la oración principal del día, en la hora del sacrificio vespertino y cuando estaba siendo matado el cordero pascual. Después de todos sus dolores y fatigas, su vida estaba aun entera en él, y su naturaleza, fuerte.

Una de las primeras cosas que abandonan aun moribundo es la voz; cuando la lengua se debilita y falta el aliento, es difícil balbucear unas pocas y entrecortadas palabras, y más difícil aun es oírlas distantemente. Pero Cristo, precisamente al expirar, hablo como quien se halla en poder de todas sus fuerzas, para darnos a quien daba permiso ala muerte para que se acercara.

Él antes de morir, voluntaria mente inclinó su cabeza entregándose así en manos de la muerte sin mostrarle el más mínimo temor. Los otros evangelios dicen que dio un gran grito esta frase en el original es una sola palabra y esta comunica triunfo no de derrota.

7.- Padre en tus manos encomiendo mi espíritu.

Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiro Lucas 23: 46.

Esta frase se encuentra en el salmo 31: 5 con solo la palabra padre añadida. Este verso era la oración que toda madre judía enseñaba a su hijo que dijera antes de acostarse a dormir. Para el maestro la muerte era solo un sueño (Lázaro, la hija de Jairo). “El solo se iba a dormir” para despertar el domingo. Así mismo este salmo 31 termina diciendo: Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová; y tome aliento vuestro corazón.(31: 24) ¡ES VIERNES PERO EL DOMINGO YA VIENE!

Los fariseos le dijeron: Si es el Rey de Israel descienda ahora de la cruz, y creeremos en el.

La gente se burlaba diciendo: A otros salvo y a si mismo no se puede salvar.

Los ladrones le injuriaban diciendo: Si eres hijo de Dios bájate de la cruz.

Los discípulos le dejaron creyendo que todo había terminado

Su madre lloraba desconsolada sintiendo que la vida misma se le iba

Satanás celebraba y los demonios se gozaban pues habían matado a Dios

Los que pasaban le injuriaban meneando la cabeza. Mírate tu que decías que derribarías él

templo y en tres días lo levantarías

Todo era adverso, todo era gris, no había esperanza, no había salida Dios hecho carne había muerto “ES VIERNES PERO EL DOMINGO VIENE”