Summary: Este sermón es para meditar en la entrada triunfal a Jerusalén. ¿Por fin, Israel aceptó a Cristo como el Mesías?

SE TERMINÓ LA ALABANZA

Luc 19:29-44

Así se llama un libro escrito por Gene Smith. Este libro relata los eventos que sucedieron inmediatamente después de la primera guerra mundial.

El mundo estaba optimista, todos pensaban que el mundo había aprendido la lección y nunca iba a haber otra guerra como esa. Unos pocos años después vino la segunda guerra mundial 20 veces peor que la primera.

Woodrow Wilson, el presidente de USA y la mayoría de los países del mundo decidieron fundar la ONU. Cuando Woodrow Wilson visitó Europa todos lo aclamaban por haber logrado una paz que todos pensaban iba a durar el resto de la historia.

Las alabanzas a Woodrow duraron un año; luego se callaron. Perdió la re-elección y terminó su vida en el anonimato, decepcionado y derrotado.

En el texto de hoy algo parecido aconteció a Jesucristo. Había ganado la admiración de la nación de Israel, y se volcó en alabanzas y hosannas para él, pero pronto, las mismas personas se estarían burlando de él y gritando: ¡Crucifícale! Crucifícale!

Mientras que la gente lo aclamaba enardecida y lo glorificaba, Jesucristo, que ve la verdad en los corazones de los hombres, estaba viendo claramente las cosas como son en realidad.

Los judíos vivían bajo la pesada represión de los romanos. Muchos impuestos, restricciones, frecuentemente se ejecutaban personas por medio de la crucifixión.

Así que los judíos anhelaban un caudillo libertador. ¿Quién mejor que Jesús? Da de comer a la multitud milagrosamente, da vista a los ciegos, restaura los paralíticos, sordos y mudos, aun el viento y el mar le obedecen.

Además el tiempo era perfecto, iniciaba la gran fiesta de la pascua, la celebración de la libertad de la opresión de los Egipcios. Jesucristo conocía los deseos de su corazón.

Los soldados romanos también sabían que en el tiempo de la pascua siempre había connatos de violencia y de rebelión. Pocos años antes, en una pascua surgió un tal Theodus con 400 hombres que se lanzaron sobre Jerusalén, Theodus les prometió que él haría los mismos milagros de Elías, intentando dar un golpe de estado. Todos terminaron decapitados y la cabeza de Theodus, fue colgada cerca del templo para escarmiento y advertencia.

Cuando Jesucristo se dirigía a Jerusalén la multitud agitaba palmas de olivo, símbolo del nacionalismo de Israel, y le alababan: ¡Hosanna en las alturas! Bendito el rey que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! …Pero de repente algo pasó que la alabanza se acabó…

Jesucristo no reclutó un ejército, ni los arengó en rebelión. En lugar de ir al palacio de gobierno para derrocar a los romanos; fue al templo a volcar las mesas de los cambistas y a echar fuera los que vendían palomas, borregos y becerros para el holocausto; pagó el tributo al Cesar; enseñó que la ofrenda de un pobre es más apreciada que la de un rico, enseñó que el que quiera ser mayor, debe servir a los demás. ¡todo lo que no le gustaba a la gente! Y ¡por eso la alabanza se acabó!

Cuando Dios hace las cosas que nos gustan y que nos convienen ¡qué fácil es alabarle! Pero cuando Dios hace las cosas a su manera hacemos berrinche y dejamos de alabarle.

¡Hosanna, Hosanna!...¡Crucifícale, crucifícale!

¿Por qué cambiaron la alabanza en rechazo? Porque Jesucristo no les dio lo que pedían; ¡les dio lo que necesitaban! Pero ellos no lo pudieron ver.

Luc. 19:41 “Cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, v.42 diciendo:¡oh, si también tu conocieses, lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos. V.43 Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán, v 44 y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación”

¿Por qué la multitud suspendió la alabanza? Porque no reconoció lo que era para su paz. Y porque no reconoció el tiempo en que Dios los visitaba con la verdadera liberación, y por eso ¡Jesucristo llora!.

La palabra visitación = Episkeptomai = terminar con el dolor, Terminar con la opresión. Exactamente lo que la gente quería políticamente, pero Jesucristo ofrece la verdadera libertad y ofrece terminar con el verdadero dolor, pero el pueblo no lo reconoció y lo rechazó.

Esa gente buscaba el reino de Dios y Jesucristo les había dicho: “El reino de Dios está entre vosotros” Lo escucharon decir que El era el Mesías, fueron testigos del poder de Jesús para hacer milagros, pero sus ojos veían las apariencias, no tenían ojos para ver al alfa y omega el principio y el fin, el que es, el que era y el que ha de venir, el todopoderoso”

Si estás pasando por pruebas difíciles, no pongas tus ojos en la tormenta, ni en los vendavales que azotan tu barca, porque te vas a hundir, ve a Jesús viniendo en tu ayuda en medio de la tempestad, ¡Señor sálvame que perezco! ¡Señor levántame! ¡Señor pelea la batalla por mi! ¡moldéame por medio de estas circunstancias! ¡Que la gloria sea para ti!

La gente pedía libertad de la opresión de los romanos, Jesucristo vino a dar una mucho mayor libertad… libertad del pecado. Los gobernantes siempre van a oprimir al pueblo, si no es uno es otro, pero Si el Hijo del hombre os libertare del pecado, seréis verdaderamente libres. Pero no reconocieron el verdadero propósito de la venida de Jesucristo.

A veces en nuestro anhelo de ser liberados de nuestras circunstancias inmediatas, perdemos el hecho maravilloso que caminamos junto al Príncipe de paz.

Jn. 16:33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”

Y como consecuencia de no ver a Jesucristo como el libertador o Salvador, tampoco quisieron tener una relación personal con él. = no lo conocieron. Y por eso en el día del juicio va a suceder esto:

Mat 7:22 “Muchos me dirán en aquél día: Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? V 23 y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí hacedores de maldad.

Jesucristo es Omnisciente, el sabe quiénes somos todos, pero aquí el “nunca os conocí” = nunca tuve una relación personal con ustedes.

Esto es lo que demanda Jesucristo: “Si alguien quiere venir en pos de mí, tome su cruz cada día y sígame. = someterse.

Cuando dos reyes estaban en guerra el más fuerte ofrecía la paz bajo algunos requisitos y el rey más débil no le quedaba más que aceptar los términos de la paz.

Jesucristo ofrecía paz a Jerusalén pero ellos no la aceptaron sino que decidieron pelear contra el Príncipe de Paz.

Luc. 13:34 “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!

Nosotros a veces somos de la misma manera… “Señor dame, dame mas, dame pronto, Señor, pues ese es tu trabajo, bendecirme mucho, y pronto, si no… ¡hago rabieta!

Muchas personas quieren ir al cielo bajo sus propias condiciones y no bajo las condiciones de Dios. Las condiciones de Dios para la salvación son estas: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, nadie viene al Padre sino por mi” “El que cree en el Hijo de Dios tiene vida eterna” “La sangre de Cristo derramada en la cruz es la única que puede borrar todos nuestros pecados”

Pero nosotros ponemos nuestras propias condiciones: “Si usas este escapulario de la virgen del Carmen todos los días vas a tener la salvación” o Si tus buenas obras son más que tus malas obras vas a ganarte el cielo.

“A la ley y al testimonio, y si no dijeren así, es que no les ha amanecido” y la ley de Dios dice: “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte”

Miren otra cosa que Jesucristo sabía y los habitantes de Jerusalén no: el juicio que vendría. Miren por qué se detuvo la alabanza: porque llegó el juicio.

Luc. 19:43 “vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán, v 44 y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación”

Esta profecía de Jesucristo se cumplió al 100% en el año 70 cuando un general romano llamado Tito vino contra Jerusalén porque finalmente se rebelaron contra Roma y tomaron las armas.

El historiador Flavio Josefo, en su libro las “Guerras de los Judíos”, registra que un millón de judíos fueron muertos a espada, muchos se escondieron en el templo y allí fueron asesinados, la sangre corría por las gradas del templo como agua, y luego el templo fue destruido, porque al destruirlo destruían el sentido nacional de los judíos, no quedó piedra sobre piedra.

Jesucristo dice cuál fue la verdadera razón por la que vino este juicio: “Porque no reconocieron el tiempo de su visitación”

¡Hosanna!... Crucifícale… ¡Soldado romano, no me mates!

ORACIÓN:

Señor y Dios, Queremos alabarte por lo que tú eres, por lo que haces, y no por lo que deseamos nosotros, queremos decirte ¡Hosanna! Bendito el que viene en el nombre del Señor! Haz con nosotros lo que tú quieras, como tú quieras y en el tiempo que tú quieras para eso eres nuestro Dueño, Que tu Espíritu Santo nos alumbre el entendimiento para reconocerte en todos nuestros caminos porque “nadie puede venir a Jesucristo si el Padre no le trajere” Te aceptamos con tus propósitos para nuestra vida, nuestra alabanza no cesará, en cualquier circunstancia, ayúdanos a cumplir este compromiso, y tu Dices: ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu. Que si nuestra alabanza termina aquí, sea porque continúa ante tu presencia en tu trono de gloria. Te lo pedimos en Jesucristo, amén.