LA NIETA DEL DIABLO
1 Cor 15:55-57 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?
ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.
Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
En este día que celebramos la resurrección de nuestro Señor Jesucristo quiero hablar de la muerte. La muerte no es un ser ni espiritual ni material, es un evento que ocurrió y sigue ocurriendo por causa del pecado.
Pero en este mensaje voy a hablar de la muerte como si fuera una persona a través de este mensaje que se llama:
LA NIETA DEL DIABLO
I. SU NACIMIENTO Y SUS PRIMEROS AÑOS.
II. SU MÁS GRANDE LOGRO: MATAR A JESUCRISTO.
III. SU DECLINACIÓN Y SU MUERTE
I. SU NACIMIENTO Y SUS PRIMEROS AÑOS.
La Biblia nos indica muy precisamente la fecha de su nacimiento, fue concebida por Adán y Eva cuando fueron tentados y su nacimiento sucedió cuando ellos pecaron.
Rom 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
Rom 5:17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
Rom 5:18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.
Rom 5:19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
Así que el padre de la muerte es el pecado y el abuelo de la muerte es Satanás. El día que se cometió el primer pecado en este mundo, fue el día en la casa de Satanás nació su nieta la muerte. Y por cierto que ahora la llaman “Santa Muerte”
Antes de la muerte, este mundo era un verdadero huerto de Edén, la tierra no producía espinas, no había dolor, dolores de parto, la tierra producía finos frutos abundantemente, los hombres fueron diseñados para durar eternamente, pero la muerte vino a cambiar todo, el día que nació la muerte, el cuerpo humano empezó a deteriorarse hasta que murió.
Inmediatamente la muerte empezó sus actividades intensas, Caín mató a Abel, y se convirtió en el depredador más eficaz que se conoce, tarde o temprano atrapa a todo hombre, lo derriba enfermo y lo lleva a la tumba donde se descompone y se convierte en corrupción y hediondez.
La muerte puede ser vista en todos los rincones de la tierra, haciendo su labor día y noche, acechando en la oscuridad, cuando ocurren robos, pleitos, accidentes, narcotraficantes contra el ejército, nación contra nación; salta sobre los niños o ancianos, hombres o mujeres, sobre los de piel roja, amarilla, blanca o negra.
En una ocasión el diablo mandó a su nieta. La muerte acecha en las mentiras y en los caprichos. A un lado del palacio de Acab Nabot tenía su viña, y el rey quiso comprarla porque tenía el capricho de hacerla jardín, y como Nabot no quiso vendérsela, el rey Acab se puso a llorar:
JEZABEL: pues que le pasa a mi rey? ¿Por qué está tan triste?
ACAB: Yo quiero la viña de aquí del lado pero Nabot no me la quiere vender.
JEZABEL: Déjeme ese asunto en mis manos… Pagó a dos testigos falsos que acusaron a Nabot de blasfemo y lo lapidaron. “Tome su viña mi’jito, ya Nabot está muerto” ¿Y saben qué hizo Dios? Les dijo a Acab y a Jezabel, su sangre será derramada públicamente y lamida de los perros. El pecado en todo su esplendor y con el pecado la muerte.
El diablo mandó a su nieta la muerte sobre tres jóvenes hebreos que fueron echados al horno de fuego ardiente, pero Dios mandó a su Hijo para que no les pasara ningún mal, ¿Qué no eran tres a los que echamos? ¿Cómo es que hay un cuarto hombre? Donde está ese cuarto hombre, allí no llega la muerte. Repitan: donde está el Hijo de Dios allí no llega la muerte. Y salieron del horno de fuego tranquilos, ni un cabello se les achicharró, y ni siquiera los vieron sufrir del calor, tenemos más calor nosotros aquí en la ciudad de México que ellos dentro de ese horno. Donde está el Hijo de Dios, allí no llega la muerte.
II. SU MÁS GRANDE LOGRO: MATAR A JESUCRISTO
En una ocasión, la nieta del diablo, escuchó que este “cuarto hombre” se humanó, tomó cuerpo mortal, y que vino a morar entre ellos: “Esta es mi gran oportunidad, si tomó cuerpo mortal, ahora sí lo voy a derrotar, es mío” ¡Pero qué preciosa oportunidad, viene entrando a la ciudad de Jerusalén y lo proclaman rey! ¡Será mío más pronto de lo que me imaginé!
También la nieta del diablo estuvo acechando a Jesucristo en Getsemaní, cuando lo tomaron preso por la traición de Judas, allí se miraron frente a frente y Jesucristo tenía la mirada de vencedor, no de vencido, y la nieta del diablo se intimidó.
La muerte andaba rondando cuando lo llevaron a la casa de Caifás, y con Pilato, quien tuvo la pretensión de juzgar al creador y sustentador del universo y en esos momentos, la nieta del diablo le susurró al oído: “senténcialo a muerte” y otras veces exigiendo: ¡crucifícalo! ¡Queremos a Barrabás, no a Jesús! ¡Queremos a Barrabás, no a Jesús! Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!
En esos momentos la nieta del diablo estaba celebrando contentísima: "lo tendré en mis manos, lo devoraré, lo destruiré, yo sola echaré a perder el plan de Dios, yo la nieta del diablo"
El veredicto de Pilato fue: "que lo azoten y lo crucifiquen" La nieta del diablo pensó: "voy a instigar a los verdugos que lo maten en la flagelación, que escojan el látigo romano que también le llaman: “7 colas de gato” (describir la flagelación)
Durante la flagelación la nieta del diablo estaba rebozando de gozo, ¡verdugos, azótenlo de tal manera que cada latigazo penetre hasta los pulmones! ¡más fuerte!
En el camino hacia el calvario, el mismo Satanás y sus huestes espirituales de maldad se deleitaban cuando la ruda cruz desgarraba el hombro de nuestro Señor, pero con toda precaución de que no les fuera a caer una gota de la sangre del Cordero de Dios pues ellos mejor que nadie saben del inmenso poder de la sangre del Cordero.
La cruz fue el púlpito más grande que haya tenido la humanidad, fue el púlpito entre el cielo y la tierra, desde allí vio Cristo a la humanidad perdida: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen, y yo estoy proveyendo de esta sangre para que tú los perdones, Padre perdónalos de todos sus pecados.
De cierto, de Cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. Qué certeza, para el pecador que pone su fe en Cristo; qué pronto pasamos de este mundo cruel al gozo del Señor.
“Consumado es” y expiró. El sol no quiso brillar, la tierra se convulsionó, las aves detuvieron sus trinos y los ángeles del cielo detuvieron sus alabanzas, hubo un gran silencio en el cielo.
Solo en el reino de las tinieblas había regocijo, la más estruendosa fiesta, matracas, blasfemias, abrazos y saltos de alegría, ¡El Rey ha muerto! Y estaban de plácemes porque a partir de ese momento el pecado y la muerte reinarían.
La nieta del diablo en medio de la fiesta tuvo un estremecimiento de temor: resonaron las palabras: “Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré” “Es necesario que el Hijo del Hombre muera, pero resucitará al tercer día”
III. SU DECLINACIÓN Y SU MUERTE
¡Pilato, Pilato, pon una guardia de los más capaces que tengas que vigilen la tumba de Jesús!
Pasó el viernes y nada sucedió en la tumba, Satanás y sus demonios seguían de fiesta; pasó el sábado y nada sucedió en la tumba; el vino, el pasito duranguense en todo su apogeo, pero el domingo, al mismo tiempo que iniciaba un nuevo día, Dios y sus ángeles empezaron la cuenta regresiva 10,9,8,7,6,5,4,3,2,1 ¡¡CRISTO RESUCITÓ!!! CON GRAN PODER Y GLORIA RESUCITÓ, ¿Dónde está oh muerte tu aguijón? ¿Dónde oh sepulcro tu victoria? Tú eres nieta del diablo pero este es EL HIJO DE DIOS.
El día de la resurrección de Jesucristo fue el día en que la muerte murió; Jesucristo vive, Jesucristo reina, reina con sus santos para siempre, su reino no tendrá fin jamás, todo poder le es dado en el cielo y en la tierra, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla y toda lengua confiese que Jesús es el SEÑOR para gloria de Dios,
Juan el discípulo amado vio a Jesús resucitado y glorificado y tuvo miedo.
Ap. 1:17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;
y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.
Col. 2:13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
