Segundo Domingo de Cuaresma
El tema de hoy es la Transfiguración de Jesús y la transfiguración de los creyentes.
Flannery O'Connor hace una pregunta indagatoria. "¿Ha dado usted alguna vez una mirada dentro de si mismo y se ha dado cuenta de lo que usted no es? Lo que usted no es pero debería ser, esa es la pregunta. Es a veces frustrante el negar o quitar importancia a lo que Dios nos llama a ser, en vista de que algún pecado. o situación o asunto nos detiene; no nos deja escuchar ese llamado.
Romanos 3:23, “….pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios.”
La Transfiguración de Jesús nos invita a transfigurar el dolor, el conocimiento y todo lo que es mundano para que caminemos hacia la santidad.
Los discípulos deseaban que la gloriosa visión que estaban experimentando continuara. Pero esa visión era transitoria. Pedro no pudo continuar con tal petición porque fue eficamente interrumpido por un fenómeno cósmico: una luz brillantísima y una voz divina que hablaba de Jesús diciendo:
“"Éste es mi Hijo muy amado, ….escúchenlo".
e.g. Al-anon dice que “Una de nuestras consignas consiste en una sencilla palabra: PIENSA. ¿Cómo puedo hacer eso si lo único que hago es hablar? Yo puedo benficiarme de los Pasos y las consignas solamente si pienso en ellas. Puedo aprender también de los demás si mantengo el silencio y pienso en lo que estoy escuchando. Los habladores compulsivos dentro de nosotros son los que reciben la menor ayuda del programa y los que menos adelantan.”
Después de la muerte nosotros también pasaremos por una metamorfosis que nos permitirá dejar nuestra existencia terrenal de orugas para convertirnos en mariposas en la celestial eternidad.
e.g. Cuando el Obispo Warren Chandler de la Iglesia Episcopal estaba muriendo, hablaba con un viejo amigo que sentado al lado de su cama le preguntó:
“¿Temes cruzar el rio hacia la muerte?” El Viejo Obispo sonrió y le dijo con gran convicción: “Mi padre es dueño de la tierra a ambos lados del rio. ¿Por qué debo tener miedo de cruzarlo?”
2). El fruto de la oración es acción y misión.
El Papa Benedicto XVI dijo que, “Cuando uno tiene la gracia de vivir una experiencia fuerte de Dios, es como vivir momentos similares a aquellos que los discípulos experimentaron en la Transfiguración; un gozo momentáneo que constituye la felicidad del Paraíso. Estas son comúnmente, experiencias cortas que son dadas por Dios, especialmente cuando tenemos mucha dificultad en la vida, Dios nos da consuelos.”
Nuestra Segunda Lectura de hoy, 2 Timoteo 1:8 dice, " Comparte conmigo los sufrimientos por la predicación del Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios." Pongan atención al tema de capacitación.
Aún los momentos más sublimes de una unión mística tienen como finalidad el capacitarnos para hacer las obras de Dios. La meta de la oración no es permanecer al tope de la montaña sino comprender la importancia del servicio.
e.g. Existe la historia de una señora que asistió a un grupo de oración donde todos los presentes estaban sentados en silencio. Preguntó ella a la persona a su lado, “¿A qué hora comienza el servicio?” Y recibió esta respuesta: "Tan pronto como termine la reunión.”
Jesús bendice nuestro servicio. En la Primera Lectura de hoy, Abram escucha el divino mandato de dejar a su parentela e ir al lugar que el Señor le mostrará. En esa corta Primera Lectura la palabra ‘bendición’ aparece cinco veces. El Señor lo bendecirá y a su vez bendecirá todas las comunidades de la tierra.
Jesús es glorificado cada vez que lo adoramos en la Misa, en la oración, en el servicio. El nos ayuda a transfigurarnos todos y cada uno de los días de nuestras vidas para convertirnos en la persona que El nos ha destinado a ser.
