Summary: Introducción: ¿Cómo vivirías la última semana de tu vida si supieras que es la última?

1) Jesús ora por sí mismo, 2) Jesús ora por sus discípulos, 3) Jesús ora por todos los creyentes.

Esta oración del capítulo 17 de Juan comienza con la oración de Jesús por sí mismo.

Juan 17:1-5 NVI 1999 Después de que Jesús dijo esto, dirigió la mirada al cielo y oró así: «Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti, (2) ya que le has conferido autoridad sobre todo mortal para que él les conceda vida eterna a todos los que le has dado. (3) Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado. (4) Yo te he glorificado en la tierra, y he llevado a cabo la obra que me encomendaste. (5) Y ahora, Padre, glorifícame en tu presencia con la gloria que tuve contigo antes de que el mundo existiera.

Jesús sabe que para esto ha venido, que la hora ha llegado, el tiempo establecido por Dios se está cumpliendo.

1) Jesús Ora por si mismo.

En su oración por si mismo Jesús vemos 3 cosas.

1) En manos de Jesús esta dar la vida eterna. A los mortales, el los reviste de inmortalidad.

2) Explica que es la vida eterna. Que conozcamos a Dios y a Jesús. Tener vida eterna es tener un encuentro personal con Jesús, que vino a revelar al padre.

3) La tarea que tenía que hacer Jesús, la realizo. Se encarno, dejo su gloria, se hizo hombre como nosotros y nos mostro el camino al Padre. Ahora el padre va a restituirle nuevamente la gloria que Jesús tenía antes de la encarnación.

2) Jesús ora por sus discípulos.

Juan 17:6-19 NVI 1999 »A los que me diste del mundo les he revelado quién eres. Eran tuyos; tú me los diste y ellos han obedecido tu palabra. (7) Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, (8) porque les he entregado las palabras que me diste, y ellos las aceptaron; saben con certeza que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Sus discípulos sabían y reconocían de donde venia Jesús, del Padre, escucharon las palabras de Jesús y reconocieron que estas palabras eran las mismas palabras del Padre.

(9) Ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que me has dado, porque son tuyos. (10) Todo lo que yo tengo es tuyo, y todo lo que tú tienes es mío; y por medio de ellos he sido glorificado. (11) Ya no voy a estar por más tiempo en el mundo, pero ellos están todavía en el mundo, y yo vuelvo a ti. »Padre santo, protégelos con el poder de tu nombre, el nombre que me diste, para que sean uno, lo mismo que nosotros. (12) Mientras estaba con ellos, los protegía y los preservaba mediante el nombre que me diste, y ninguno se perdió sino aquel que nació para perderse, a fin de que se cumpliera la Escritura.

Jesús nos da aquí una definición de Su obra. Le dice a Dios: "He revelado Tu nombre.» O les he revelado quien eres. Jesús vino a mostrar y revelar todo el carácter de Dios, en todo lo que puede llegar a conocerse, en la medida en que la mente humana llegue a conocer a Dios. El salmista dice: «En Ti confiarán los que conocen Tu nombre» (Sal_9:10 ). Está claro que no se refiere a los que saben que Dios se llama Jehová, o Yave, o de cualquiera otra de las maneras que se encuentran en el Antiguo Testamento; sino los que saben cómo es Dios, Su carácter y naturaleza: esos son los que se alegran de poner en Él su confianza, por ejemplo los que llegan a conocer que Dios es Amor, o Que Dios es luz. Eso es conocer su nombre.

Así que, cuando Jesús dice: «He revelado Tu nombre,» quiere decir: «He dado a la humanidad la posibilidad de ver cuál es la verdadera naturaleza de Dios.» Es otra manera de decir: "El que Me ha visto a Mí, ha visto al Padre» (Jua_14:9 ).

Así mismo en tiempos de Jesús, el nombre de Dios era tan sagrado que las personas normales y corrientes jamás se atreverían a pronunciarlo. Jesús está diciendo: «Les di a conocer el nombre de Dios; ese nombre que es tan sagrado ahora lo pueden pronunciar gracias a lo que Yo he hecho: Yo traje al Dios remoto e invisible tan cerca de ustedes que hasta el más sencillo Le puede hablar y tomar Su nombre en sus labios.»

Es la gran proclama de Jesús que Él la revelado a la humanidad la verdadera naturaleza y el auténtico carácter de Dios; y que ha traído a Dios tan cerca de nosotros que hasta el cristiano más humilde puede tomar en sus labios el nombre antes inefable de Dios.

(13) »Ahora vuelvo a ti, pero digo estas cosas mientras todavía estoy en el mundo, para que tengan mi alegría en plenitud. (14) Yo les he entregado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. (15) No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno. (16) Ellos no son del mundo, como tampoco lo soy yo. (17) Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad. (18) Como tú me enviaste al mundo, yo los envío también al mundo. (19) Y por ellos me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.

Hay unas profundas enseñanzas en esta parte de la oración por sus discípulos. Cuando nos volvemos discípulos de Jesús, nos convertimos en enemigos del mundo, el mundo como aquello que se levanta en contra del conocimiento de Dios, aquello que aborrece a Dios y por lo tanto a sus seguidores.

La oración de Jesús, no es que seamos quitados del mundo, que vivamos una vida monástica, dentro de 4 paredes, y lejos de lo que pasa en el mundo, su oración es “protégelos del maligno”, cuando estamos bajo la cobertura de Dios esto es real en nosotros somos protegidos del maligno, el no nos puede tocar, porque estamos bajo la protección de Dios.

Somos santificados en la verdad, y nuevamente hay una explicación de que es la verdad. La palabra de Dios es la verdad, si queremos andar en la verdad, debemos guardar sus palabras.

Y Por ultimo: Como Jesús fue enviado al mundo. Como tú me enviaste al mundo, yo los envío también al mundo. Así nosotros somos enviados al mundo.

Una paradoja, somos enviado a un mundo que nos odia para amarlo y mostrarles el camino de salvación.

La ultima parte de la oración:

3) Jesús ora por todos los creyentes. Esto es tremendo vos y yo somos respuesta a la oración de Jesús.

Juan 17:20-26 NVI 1999 »No ruego sólo por éstos. Ruego también por los que han de creer en mí por el mensaje de ellos, (21) para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. (22) Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno: (23) yo en ellos y tú en mí. Permite que alcancen la perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a mí. (24) »Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy. Que vean mi gloria, la gloria que me has dado porque me amaste desde antes de la creación del mundo. (25) »Padre justo, aunque el mundo no te conoce, yo sí te conozco, y éstos reconocen que tú me enviaste. (26) Yo les he dado a conocer quién eres, y seguiré haciéndolo, para que el amor con que me has amado esté en ellos, y yo mismo esté en ellos.»

Jesús esta orando por nosotros. Nosotros somos el fruto del mensaje de los que nos antecedieron, los que crean por nuestro mensaje serán nuestro fruto y a la vez respuesta a la oración de Jesús.

Esta oración nos deja una gran responsabilidad, anunciar el mensaje de la cruz, el evangelio de la salvación.

Pero Jesús también esta orando por Unidad, unidad entre los creyentes, y el fruto de la unidad es que el mundo crea, este mundo enemigo, se vuelve en creyente cuando su pueblo está unido. Nuestra unidad no es solo de palabras, nuestra unidad debe ser como la del Padre con Jesús.

Jesús esta orando para que podamos ver la gloria de Dios “Padre los que me has dado quiero que estén conmigo.” Resuenan las palabras de Jesús: Voy a prepararles un lugar. En la casa de mi Padre hay muchas moradas.

Jesús reconoce y nos hace reconocer que Dios es Justo. Y nos vuelve a remarcar que el que conoce a Jesús, llega a conocer al padre.

Que maravilloso es poder tener cerca a Dios, llegar a conocerlo en forma personal. A tener un encuentro con él.

Conclusión: Quiero invitarte en esta noche, en estos días de Semana Santa, que seas una respuesta a la oración de Jesús.

Que este fin de semana, mientras la Iglesia global unida celebra Su resurrección, busques la manera de ser uno con Dios y con los demás. Haga de la oración de Jesús su oración, que el mundo vea Su gloria y le conozca a Él a través de nuestra unidad y el amor de Dios.