Summary: James’ warning against the perversion of "true religion" by faithless "Joneses" who control the church with their money.

La perversión de “la Religión Pura”

Santiago 2:1-7

Texto: Lucas 6:20-23

Por Carlos C. Camarena

I. Introducción

A El capítulo 2 de Santiago viene a ilustrarnos en términos bien claros el lado negativo de lo que Santiago considera una religión “pura” y “sin mancha” (ver 1>27). Esa religión negativa Santiago la denomina una religión “sin fe.”

1. Santiago comienza esta sección diciendo, 2:1, “Hermanos míos, tened la fe de nuestro glorioso Señor Jesucristo...” ¿Cómo? “sin hacer distinción de personas.”

2. Nosotros sabemos lo que implica manifestar “la paciencia de los santos” (Apoc 14:12). Juan dice que se demuestra en dos maneras: a) “los que guardan los mandamientos de Dios,” b) “los que tienen la fe de Jesús.”

3. Los mandamientos de Dios los podemos explicar bien. Pero cuando hablamos de “la fe de Jesús,” general-mente pensamos en aspectos cognitivos, aspectos de aceptación mental, asuntos de creencia.

4. Para Santiago, sin embargo, obediencia a los mandamientos no puede existir sin la fe de Jesús, así como también fe de Jesús no existe sin la demostración de obediencia. Esto quedará bien ilustrado a través del capítulo 2.

5. “Los que tienen la fe de Jesús,” dice Santiago, “son aquellos que viven vidas como la vivía Jesús: a) sumiso al Padre, b) de un proceder justo (ver Lucas 20:21).

B. Sant 2:1, “Hermanos míos, tened la fe de nuestro glorioso Señor Jesucristo sin hacer distinción de personas.”

1. Me gusta la traducción de La Biblia de las Américas, “Hermanos míos, no tengáis vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo con una actitud de favoritismo.”

2. El llamado de Santiago al tener “la fe de Jesús” es uno de obediencia activa. Aquí en esta ilustración, Santiago dice que si los creyentes tuvieran la fe de Jesús, dejarían de lado el favoritismo y discriminación.

3. Los “creyentes” de la epístola de Santiago estaban habituados a la parcialidad. En este caso era una parcialidad a favor de los financieramente pudientes dentro de la congregación.

4. Aunque la ilustración de Santiago es el asunto de ricos versus pobres, la realidad es que la palabra griega en Sant 2:1 traducida “sin distinción,” “sin acepción,” “sin discriminación,” o “con favoritismo,” en el griego está en plural: proswpolhmyiai.

5. Esto indica que existían mas que la práctica de favoritismo rico por encima del pobre. Existían prácticas de parcialidad o favoritismo en otras áreas.

6. Una de las posibles prácticas anticristianas es que debe haber habido discriminación contra esclavos, contra algunas nacionalidades, contra mujeres, contra viudas, contra huérfanos, contra los de bajo status social.

C. Santiago ruega a los “creyentes” a dejar esas prácticas. Santiago está prohibiendo la continuidad de actividades dentro de la congregación que permitían discriminar a ciertos grupos.

1. Esta perversión de la verdadera religión puede encontrar su paralelo en los tipos de discriminación del siglo XXI dentro y fuera de la iglesia.

2. Así como la congregación de Santiago practicaba tales desigualdades sociales y discriminación dentro de la congregación, tales pecados son muchas veces duplicados en las congregaciones cristianas modernas, aun en aquellas que pretendemos “guardar los mandamientos de Dios,” pero que evidentemente no tienen “la fe de Jesús.”

3. ¡Cuántas congregaciones son paralizadas cuando sus líderes permiten que los que tienen dinero dentro de ellas dominen las decisiones y determinaciones de toda la iglesia!

4. ¡Cuántas congregaciones son paralizadas cuando ciertas personas o familias se agarran del liderazgo de la iglesia local y toman decisiones unilaterales convenientes solo a aquellos que están en el “poder!”

5. Santiago le llamaría “la perversión de la religión pura y sin mancha” (ver 1:27). En los siguientes versículos Santiago nos ilustra como esto acontecía en relación de los ricos hacia los pobres en la congregación.

6. El texto bíblico nos provee con una herramienta de como debemos lidiar cuando asuntos como éstos broten en la iglesia.

II. La Ilustración

A. La ilustración proveída por Santiago es la de dos personas que entran en la congregación, llamemos ésta iglesia o lo que sea. El reflector que Santiago enfoca cuando éstas dos personas entran deja inmediatamente visible como son tratadas por la congregación:

1. Sant 2:2-3, “Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y ropa lujosa, y también entra un pobre con vestido sucio, y sólo atendéis con respeto al que lleva ropa lujosa y le decís: "Siéntate tú aquí en buen lugar"; y al pobre le decís: ‘Quédate allí de pie’ o ‘Siéntate aquí a mis pies...’”

2. Hay quienes argumentan, y estoy de acuerdo que “al pie de la cruz todos somos iguales.” Pero, ¿qué acerca de la adoración? ¿Qué acerca de la vida cotidiana de la iglesia? Allí parece que la cruz es dejada de lado o pierde importancia.

3. Es por eso que Santiago comienza apelando a la cruz y dice, “hermanos míos, no digáis que tenéis fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo cuando con su actitud demuestran tener favoritismos.”

4. A veces peleamos contra la discriminación social y racial que existe en la sociedad, pero ¡cuántas veces demostramos actitudes discriminatorias en la iglesia. El rico domina. El que tiene mas controla, el pobre no tiene con qué hablar; ya vi a quienes dicen guardar los mandamientos de Dios amenazar con la “migra” al que no tiene papeles.

5. La posición de Santiago es que la discriminación, los prejuicios, la parcialidad, los favoritismos, si no tienen lugar en la vida de la sociedad, mucho menos deberían tener lugar en la vida de una iglesia.

B. La preocupación de Santiago, aunque usa el lenguaje “ricos” y “pobres” en su epístola, va mucho mas allá en referencia a los que tienen o no tienen. Envuelve racismo, nepotismo (preferencia por los miembros de la misma familia), favoritismo, y todos los “ismos” negativos que abundan en la sociedad y la iglesia.

1. A través de todo el imperio romano existían evidencia de pomposidad y riqueza, dentro y fuera del cristianismo. El rico siempre dejaba saber a todos que era rico. Vestía su riqueza.

2. En Jerusalén se podía ver la extravagancia de los ricos en sus casas, su ropa, y hasta en sus abundantes ofrendas en el templo, en contraste con los pobres marginados (ver Mateo 12:41-44)..

3. Como Santiago indica, la comunidad de “creyentes” pecaba al discriminar, pecaba al juzgar que el rico era bendecido por Dios, mientras que el ser pobre implicaba estar maldecido por Dios.

4. Santiago ataca la práctica tan común de su tiempo, práctica que vemos claramente en nuestros países latinos aun en congregaciones de “creyentes,” de como son tratadas las personas que llegan en carrazos y bien vestidos a la iglesia, y aquellos que llegan y cuelgan su sombrero afuera.

5. En la iglesia medieval a los ricos les era reservado su lugar en los templos pagando altas sumas de dinero al clero, mientras que los pobres se sentaban en lugares designados “bancas libres” (ver Alex Moyter, The Message of James en The Bible Speaks Today [InterVersity: Downers Grove, Illinois, 1985], 90).

6. El dinero todavía habla muy alto en la sociedad, y desgraciadamente todavía habla muy alto en muchas iglesias. Santiago 2:4 dice, “¿no hacéis distinción entre vosotros, y no venís a ser jueces con malos criterios?”

III. Conclusión

A. Habiendo ilustrado la “religión contaminada o impura” (ver Sant 1:27), Santiago ahora quiere demonstrar cuán diferente es la vara de medir que Dios tiene en el juicio y los valores divinos en relación a aquellos que “juzgan con malos criterios” (Sant 2:4).

1. Debemos notar que la religión falsa ha revertido los valores divinos, el sistema de valores de Dios como se pueden ver en el Antiguo Testamento (ver Isa 1:1-17; Miq 6:6-8; Amós 5:21-24; Zac 7:9-10; Sal 68:5).

2. El primer punto que Santiago hace es, 2:5, “Amados hermanos míos, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?”

3. En el segundo punto Santiago los confronta con una tremenda verdad y hace dos penetrantes preguntas, 2:6-7, “Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los que os arrastran a los tribunales? ¿No blasfeman ellos el buen nombre que ha sido invocado sobre vosotros?”

4. Cuando Santiago hace su primer punto dice, “¿no ha elegido Dios los pobres de este mundo...?” (2:5). Santiago parece seguir a Lucas y no a Mateo en este punto.

5. Mateo (5:3) dice, “bienaventurados los pobres en espíritu porque de ellos es el reino de los cielos;” Lucas (6:20), sin embargo, dice, “bienaventurados los pobres...” ¡Punto! Este es el énfasis de Santiago. Y ¿saben qué?, dice Santiago, los pobres son los favorecidos por Dios.

B. El punto de Sant 2:5 no es que la situación económica les dé el derecho a los pobres a la salvación. Santiago añade un elemento que ni Mateo ni Lucas contienen.

1. Dice Santiago que los pobres son favorecidos por Dios no porque son pobres, ¿sino porqué?, (a) son los herederos del reino que Dios ha prometido a los que le aman; o sea ellos aman a Dios, pero mas importante aun, (b) ellos son “ricos en fe.”

2. Escogidos porque son ricos en la esfera de la fe. Descansan en las promesas de Dios. Su esperanza es viva en lo que se refiere al futuro reino de Dios. Son los que mas responden a la promesa de la esperanza venidera.

C. Este texto causa problemas para muchos porque parece dejar fuera del reino a los ricos. Santiago estaba hablando de una realidad en su tiempo que puede ser una realidad hoy.

1. El rico estaba fuera del reino en el tiempo de Santiago por los siguientes pecados (Sant 2:6-7):

a) Menospreciaban al pobre.

b) Oprimían o lo explotaban.

c) Usaba las cortes para tomar ventaja sobre ellos.

d) Blasfemaban el nombre de Dios al decir tener la fe de Jesús, pero en cuyo proceder negaban la eficacia de ella. El sabio ya había dicho: Prov 17:5, “El que se burla del pobre afrenta a su Hacedor, y no quedará sin castigo...”

2. Y si el rico de hoy deposita su confianza en la autoridad que tiene por el respaldo de su dinero y en el proceso discrimina al menos afortunado, también está fuera del reino.

3. Santiago termina esta sección diciendo, Sant 2:8:

“Si en verdad cumplís la Ley suprema, conforme a la Escritura: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’, bien hacéis.”

4. ¿Por qué? Porque el que ama a Dios tiene el carácter de Dios, y Dios “no hace acepción de personas” (Rom 2:11; comparar con Hechos 10:34; Gal 2:6; Efe 6:9; Col 3:25).

5. Dios nos hace el llamado no a la imparcialidad, no a que abandonemos la discriminación, no a que no practiquemos el favoritismo.

6. El llamado de Dios es a la práctica de la fe que decimos tener en Jesús. Tener un corazón como el de Cristo, tratar a los demás como Cristo los trataba. Mostrar las características de Aquel que nos salvó.

7. Este es el llamado de Dios para tí. ¿Lo aceptas?