Summary: La Biblia nos enseña acerca de una instancia en la que el rey Ezequías recibió una carta de Senaquerib, rey de Asiria y su más determinado enemigo. Senaquerib demandó completa rendición, pero no sin antes demostrar su poder military y su orgullo personal

¡Las cartas pueden ser maravillosas! Especialmente cuando las recibimos de algun ser querido: Un hijo que está lejos peleando en una guerra; un padre o madre que escribe para decir que la enfermedad ha pasado; una hermana que informa que el bebe finalmente ha llegado. Pero hay también aquellas cartas que nunca quisiéramos recibir, tales como las que nos avisan de la muerte de un ser amado o quizás aquella en la que se nos informa que un cónyuge se va para buscar “algo major.” ¿Y qué de la carta del doctor que nos dice que la enfermedad es tan grave que únicamente puede predecir unos cuanots meses de vida? ¿Qué de la carta del banco diciendo que ya no hay mas tiempo y que es hora de reposeer la casa? Fuera como si estas cartas vinieran de nuestros mismos enemigos.

La Biblia nos enseña acerca de una instancia en la que el rey Ezequías recibió una carta de Senaquerib, rey de Asiria y su más determinado enemigo. Senaquerib demandó completa rendición, pero no sin antes demostrar su poder military y su orgullo personal. Senaquerib aún tuvo el atrevimiento de difamar a Dios al compararlo con los otros dioses de los pueblos a los que había conquistado. ¡Qué situación tan terrible para Ezequías! Y cuánto peor recibir, en un momento como este, cartas de su enemigo. ¿Cuáles son estas situaciones bajo las cuales Ezequías recibió estas cartas?

I. EZEQUIAS RECIBIO LAS CARTAS DESPUES DE HABER HECHO LO BUENO

“Después de semejante muestra de fidelidad por parte de Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, marchó contra Judá y sitió las ciudades fortificadas, dispuesto a conquistarlas.” (2 Chronicles 32:1)

A. ¿Cuáles eran estas muestras de fidelidad?

1. El servicio en el Templo del Señor fue reestablecido

a. Se reparó y purificó el Templo (2 Crónicas 29:3)

b. Reunió a los sacerdotes y Levitas y mandó se prepararan para adorar y servir en el Templo (2 Crónicas 29:4-11)

c. Supervisó los sacrificios y ofrendas (2 Crónicas 29:20-24)

d. Dirigió al pueblo en adoración (Crónicas 29:25-29)

2. Celebró la Pascua

a. Mensajeros fueron enviados para invitar a la gente (2 Crónicas 30:6)

b. La gente comenzó a llegar, pero no habían sido purificados (2 Crónicas 30:18)

c. Aun así, el rey no los echó fuera, sino que oró por ellos (2 Crónicas 30:18, 19)

d. Dios se complació y sanó a la gente (2 Crónicas 30:20)

e. La gente volvió a su casa y purificaron sus pueblos (2 Crónicas 31:1)

3. Estableció un sistema de contribuciones para el Templo

a. Contribuciones, diezmos y ofrendas dedicadas fueron traídas (2 Crónicas 31:11)

i. Las contribuciones eran ofrendas

ii. Los diezmos eran la décima parte de las ganancias de una persona y servían para proveer las necesidades de los sacerdotes y Levitas

iii. Las ofrendas dedicadas eran entregadas para un próposito específico

b. Todo esto era bueno y recto ante el Señor (2 Crónicas 31:20)

4. Hoy, el enemigo espera nuestra decisión para llevar a cabo cosas buenas antes de enviarnos cartas

a. Cuando nos decidimos servir a Dios

“Pero si a ustedes les parece mal servir al Señor, elijan ustedes mismos a quiénes van a servir: a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ustedes ahora habitan. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor.” (Josue 24:15)

i. Al asistir a los servicios de la iglesia

ii. Al preparar a nuestra familia para adorar al Señor

iii. Al adorar activamente a Dios juntamente con otros

b. Cuando compartimos con otros los maravillosos hechos de Dios

“No me atreveré a hablar de nada sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para que los gentiles lleguen a obedecer a Dios. Lo ha hecho con palabras y obras, mediante poderosas señales y milagros, por el poder del Espíritu de Dios. Así que, habiendo comenzado en Jerusalén, he completado la proclamación del evangelio de Cristo por todas partes, hasta la región de Iliria.” (Romanos 15:18, 19)

i. Hemos sido enviados como mensajeros para testificar lo que Dios ha hecho por nosotros

ii. No debemos sentirnos ofendidos por aquellos que nos burlan

iii. Invitamos a la gente a venir tal y como son

iv. No forzamos a nadie a cambiar ya que Dios lo hará a Su manera

c. Cuando contribuímos al plan de Dios

“Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará. Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.” (2 Corintios 9:6, 7)

i. A través de nuestros diezmos

ii. A través de nuestras ofrendas

iii. A través de nuestro tiempo y esfuerzo

II. EZEQUIAS RECIBIO LAS CARTAS DESPUES QUE EL ENEMIGO LO HUBO RODEADO

“Ezequías se enteró de que Senaquerib se dirigía también hacia Jerusalén con el propósito de atacarla…” (2 Crónicas 32:2)

A. Esto causó graves consecuencias para Ezequías y su gente

1. Temor a experimentar daño físico

a. 46 ciudades fortificadas de Judá habían sido capturadas (Isaías 36:12)

b. Cerca de 200,000 personas habían sido llevadas cautivas

c. El reino de Israel había sido derrotado 19 años antes

d. Ahora el ejército asirio estaba ante las puertas de Jerusalén

2. La gran tension emocional

a. Tres oficiales de alto rango visitaron a Ezequías (2 Reyes 18:17)

i. Su virrey

ii. Su eunuco

iii. Su comandante en jefe

b. Ellos sabían que Ezequías no tenía un plan de ataque

i. Egipto no podía suplir apoyo (Isaías 36:6)

ii. El reino de Ezequías ni siquiera podía proveer guerreros para la batalla (Isaías 36:8)

iii. Lo peor de todo es que le informaron que aún Dios estaba en contra de el (Crónicas 32:16, 17)

c. Acusaron a Ezequías de engañar al pueblo (2 Reyes 18:29)

d. Hicieron una oferta tentadora a los que se quisieran rendir (2 Reyes 18:31, 32)

3. Hoy en día, el enemigo nos enviará sus cartas para causarnos gran preocupación

a. Nos amenazará con dañarnos físicamente

i. Nos recordará de otros que han pasado por nuestros sufrimientos y cómo fueron derrotados

ii. Hará mención de su experiencia en batalla y de su aparente victoria

b. El enemigo nos hará emocionalmente inestables

i. Nos hará pensar que ya nadie puede ayudarnos

“Miré, pero no hubo quien me ayudara, me asombró que nadie me diera apoyo.” (Isaias 32:5)

ii. Nos hará sentir sin fuerzas para pelear

iii. Nos tentará con una salida rápida para evitar la pelea

iv. Nos hará pensar que Dios está en contra de nosotros

III. DESPUES DE RECIBIR LAS CARTAS, EZEQUIAS LAS PRESENTO A DIOS

“Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros, y la leyó. Luego subió al templo del Señor, [y] la desplegó delante del Señor” (2 Reyes 19:14)

A. Ezequías parecía ser una persona muy religiosa

1. Había obedecido la ley de Moisés como una expresión de sus creencias

a. Había destruído los altares a los dioses falsos

b. Había purificado el Templo

c. Pero nunca había tenido un verdadero encuentro con Dios

“Y le dijeron: ‘Así dice Ezequías: Hoy es un día de angustia, castigo y deshonra, como cuando los hijos están a punto de nacer y no se tienen fuerzas para darlos a luz. Tal vez el Señor tu Dios oiga todas las palabras del comandante en jefe, a quien su señor, el rey de Asiria, envió para insultar al Dios viviente. ¡Que el Señor tu Dios lo castigue por las palabras que ha oído! Eleva, pues, una oración por el remanente del pueblo que aún sobrevive.’” (2 Reyes 19:3, 4)

2. El problema que ahora confrontaba requería completa confianza en Dios

a. Demostró su fe al ir templo del Señor (2 Reyes 19:14)

b. Demostró su fe al consultar con el profeta de Dios (2 Reyes 19:2-4)

c. Demostró su fe al no pedir ayuda a nadie más

3. En su oración, Ezequias no pidió venganza por ofensas personales

“…y en su presencia oró así: ‘Señor, Dios de Israel, entronizado sobre los querubines: sólo tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra. Tú has hecho los cielos y la tierra. Presta atención, Señor, y escucha; abre tus ojos, Señor, y mira; escucha las palabras que Senaquerib ha mandado a decir para insultar al Dios viviente.” (2 Reyes 19:15, 16)

a. Reconoció que Dios había sido ofendido por las palabras de Senaquerib

b. Reconoció que todos los demás dioses habían sido destruídos por el enemigo porque no eran verdaderos

c. Pidió ayuda de Dios para ser librado

4. Dios se sgradó de Ezequías y prometió librarlo

“Yo, el Señor, declaro esto acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni lanzará contra ella una sola flecha. No se enfrentará a ella con escudos, ni construirá contra ella una rampa de asalto. Volverá por el mismo camino que vino; ¡en esta ciudad no entrará! Yo, el Señor, lo afirmo. (2 Reyes 19:32, 33)

5. Lo mismo hará Dios hoy en día por nosotros

a. El no desea que seamos simplemente religiosos

“Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo.” (Apocalípsis 3:20)

b. El desea que tengamos un verdadero encuentro con El

6. Esto requiere que tengamos complete confianza en El

a. Nuestra confianza se demostrará asistiendo a Su casa

“No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.” (Hebreos 10:25)

b. Nuestra confianza se demostrará consultando Su Palabra

“Esto nos ha confirmado la palabra de los profetas, a la cual ustedes hacen bien en prestar atención, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que despunte el día y salga el lucero de la mañana en sus corazones.” (2 Pedro 1:19)

7. Dios se agradará de nuestra acción y actitud y nos salvará

a. Aún cuando pareciera que todo estuviere perdido, aún así Dios nos librará de las cartas de nuestro enemigo

“Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros. Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos.” (2 Corintios 4:7-9)

No importa si hoy usted se encuentra tratando de hacer el bien y de servir a Dios con todo su corazón y fuerzas. Sin duda alguna que el enemigo tratará de hacerle desistir. Le rodeará con todo tipo de males y amenazará con derrotarle. No sin antes ofrecerle la opción de rendirse y darle una aparente paz. Pero esto unicamente será una trampa para hacerle caer mas rápido de lo que espera. Ultimadamente, el enemigo le enviará cartas en las que hará más concretas sus amenazas y le hará pensar que no hay mas esperanza. Sin embargo, tome las cartas y presentelas a Dios. El se acordará de usted y le salvará. Y las cartas del enemigo quedarán anuladas con las palabras que Dios habló a Ezequías a través del profeta Isaías, “No entrará en esta ciudad, ni lanzará contra ella una sola flecha. No se enfrentará a ella con escudos, ni construirá contra ella una rampa de asalto. Volverá por el mismo camino que vino; ¡en esta ciudad no entrará! Yo, el Señor, lo afirmo. (2 Reyes 19:32, 33)