Summary: Los ángeles fueron creados para proteger y cuidar a los que confían en Dios. Y tal confianza será puesta a prueba por el sufrimiento y la tragedia, por los problemas. ¿Te has preguntado cuánto más doloroso sería este mundo sin la presencia de los áng

Ángeles

Introducción

El pecado de adorar ángeles puede haber forzado a muchos en el pasado a irse al otro extremo de rechazar el beneficio que podríamos recibir a través de ellos.

La Biblia habla mucho de los ángeles, pero no hemos puesto atención al mensaje. La revelación que la Biblia ofrece acerca de los ángeles intensifica nuestra admiración y adoración de la gracia y gobierno de Dios.

Dios es el creador de los ángeles, y la imperante corrupción del concepto bíblico de los ángeles no debería desanimar a una inteligente apreciación de estos brillantes y celestiales ministros de Dios.

Puede que no sintamos la presencia de los ángeles, que no los veamos, que no los escuchemos; sin embargo, existen y ejercen su influencia de todos modos.

Su relación con Dios

En la Biblia, los ángeles siempre aparecen en exclusiva relación con Dios y la humanidad con el rol de un siervo. Su función y su gloria es la del servicio.

Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, la raíz de la palabra ángel significa «mensajero», ya sea divino o humano. Los ángeles son entonces los embajadores o emisarios elegidos por Dios.

La importancia de ambos términos,mal’akh, en el AT y angelos, en el NT, para el estudio de la angelología es que ambos describen la función o tarea más que su naturaleza. Es decir, se nos describe un oficio no una naturaleza. Nos dicen lo que hacen, no le qué son.

Su existencia y compañerismo con Dios se asume y es una referencia frecuente en la Biblia, pero siempre que se les menciona son presentados sólo en relación a su función de fieles servidores del Dios Soberano.

Su propósito

En general, los ángeles sólo cumplen los deseos de Dios, cualesquiera que estos sean. Aparecen como ayudadores y protectores de la gente en necesidad, como portadores de noticias o mediadores de la revelación de Dios, y como guías y guardianes de la gente. Son, al decir de Hebreos 1.14, «espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación».

La principal tarea asignada a los ángeles es la protección y cuidado de los fieles.

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que lo temen

y los defiende.

Salmo 34.7 (RVR95)

Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,

que te guarden en todos tus caminos.

Salmo 91.11 (RVR95)

Jesús mismo fue ministrado por ángeles después de la tentación en el desierto (Mateo 4.11), y en el último libro de la Biblia, el Apocalipsis, les son asignadas grandes tareas a los ángeles como ayudantes, asistentes y servidores de Dios, mucho más que en cualquier otro libro de la Biblia.

Al parecer existen ángeles a los que se les ha asignado el cuidado de un creyente en particular:

Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.

Mateo 18.10 (RVR95)

También los hay asignados a una nación:

En ese tiempo aparecerá Miguel, que es jefe de los ángeles y defensor de Israel.

Daniel 12.1 (TLA)

De Mateo 18.10 entendemos que los ángeles, al contrario de los seres humanos, pueden ver a Dios, y según Apocalipsis 7.11, dentro de sus tareas están la adoración y postración ante el trono de Dios.

Su apariencia.

Como habitantes del reino de los cielos son seres espirituales, que algunas veces se manifiestan como una luz visible o una gloria visible; pero son capaces de manifestarse como agentes activos y efectivos en el mundo material.

Algunas veces se relacionan con el mundo de una manera tan íntima que casi es imposible distinguirlos de él. Cuando dos ángeles se aparecieron en Sodoma (Génesis 19.1-2), Lot los recibió siguiendo las reglas de hospitalidad de la época, sin percatarse de que no eran hombres. Manoa, el papá de Sansón, fue visitado por el ángel de Dios, sin que este se diera cuenta de con quien estaba tratando (Jueces 13.16).

Estos incidentes nos indican que los ángeles pueden manifestarse con una apariencia extraordinariamente similar a la humana, ya sea con el propósito de probarnos o tan solo para asegurarse que su mensaje y propósito se vea afectado o impedido por su real apariencia. De ahí que el autor de la carta a los Hebreos nos advierte:

No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.

Hebreos 13.2 (REV95)

Los ángeles en ocasiones asumen también la apariencia de una forma natural, como cuando se le apareció a Moisés en una zarza ardiente (Éxodo 3.2); al pueblo de Israel en la forma de una nube (Éxodo 14.19); a José en un sueño antes del nacimiento de Jesús (Mateo 1.20); en una visión a Cornelio, el centurión romano (Hechos 10.3).

Sus poderes.

Además de su habilidad para asumir una apariencia humana, los ángeles son capaces de afectar las condiciones materiales y los eventos históricos.

El relato de Juan 5.4 acerca de un ángel que desciende a remover las aguas del estanque de Betesda antes de provocar la sanidad es un buen ejemplo de su poder.

Dos veces en el libro de los Hechos el ángel de Dios abre las puertas de la prisión (Hechos 5.19; 12.7).

Citas como 2 Tesalonicenses 1.7; 2 Pedro 2.11; Apocalipsis 5.2, 10.1, 18.21, nos indican que los ángeles son seres de gran poder.

Conclusión

Los ángeles son seres maravillosos, investidos con un gran esplendor y gloria; son creados por Dios como una fuente de fortaleza, inspiración y aliento para los fieles.

Pero la Biblia es cuidadosamente clara en relegar a los ángeles al lugar que les corresponde en el orden de la creación y no los confunde con Dios.

Como embajadores divinos, los ángeles se colocan en un reino intermedio entre Dios y la humanidad.

No deben confundirse con Dios, porque no son eternos, sino criaturas (Colosenses 1.16-17). No son seres omniscientes, pues no saben cuándo regresará Jesús (Marcos 13.32), no perciben todos los misterios de Dios (1 Pedro 1.12). También son capaces de equivocarse:

Si ni siquiera en sus siervos confía,

y aun en sus ángeles descubre el error.

Job 4.18 (RVR95)

La única gloria de los ángeles radica en su servicio a Dios en el cumplimiento de su voluntad. No son los ángeles quienes merecen adoración, sino aquel que los envía. La tendencia de ser cegado por el ángel en vez de ser iluminado por su mensaje es un peligro aún latente. La fascinación con los ángeles en sí mismos en vez de su propósito por el cual fueron enviados no es menor a la confusión de parte de un perro que se queda mirando el dedo apuntador en vez del objeto al que se apunta.

Para reflexionar

De los pasajes citados, hay dos que me parecen importantes estudiar.

El primero viene del Salmo 34:

6 Este pobre clamó, y lo oyó Jehová

y lo libró de todas sus angustias.

7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que lo temen

y los defiende.

8 Gustad y ved que es bueno Jehová.

¡Bienaventurado el hombre que confía en él!

9 Temed a Jehová vosotros sus santos,

pues nada falta a los que lo temen.

10 Los leoncillos necesitan, y tienen hambre;

pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.

Salmo 34.6-10 (RVR95)

Y el segundo del Salmo 91:

9 El Dios altísimo

es nuestro refugio y protección.

10 Por eso ningún desastre

vendrá sobre nuestros hogares.

11 Dios mismo les dirá a sus ángeles

que nos cuiden por todas partes.

12 Los ángeles nos llevarán en brazos

para que no tropecemos con nada;

13 andaremos entre leones y serpientes,

¡y los aplastaremos!

Salmo 91.9-13 (TLA)

En ambos pasajes queda bien claro que los ángeles son servidores de Dios para el bien de los fieles.

Todo el énfasis está puesto en Dios: Jehová oye, libra, es bueno, es refugio y protección y hace acampar a su ángel alrededor de los justos.

El segundo énfasis está en la confianza de quien busca a Dios. Los que desean protección; los que añoran ángeles a su alrededor, deben buscar a Dios con todo su corazón, confiar en él completamente.

Los ángeles fueron creados para proteger y cuidar a los que confían en Dios. Y tal confianza será puesta a prueba por el sufrimiento y la tragedia, por los problemas.

¿Te has preguntado cuánto más doloroso sería este mundo sin la presencia de los ángeles de Dios?

Rev. José A. Soto