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Summary: El matrimonio que agrada a Dios requiere estas tres cosas.

El Matrimonio que Agrada a Dios

Efe. 5:21-32

21 ¶ y sometiéndoos unos a otros en el temor de Cristo.

22 Las casadas estén sujetas a sus propios esposos como al Señor,

23 porque el esposo es cabeza de la esposa, así como Cristo es cabeza de la iglesia, y él mismo es salvador de su cuerpo.

24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, de igual manera las esposas lo estén a sus esposos en todo.

25 Esposos, amad a vuestras esposas, así como también Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella,

26 a fin de santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua con la palabra,

27 para presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa que no tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que sea santa y sin falta.

28 De igual manera, los esposos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama.

29 Porque nadie aborreció jamás a su propio cuerpo; más bien, lo sustenta y lo cuida, tal como Cristo a la iglesia,

30 porque somos miembros de su cuerpo.

31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne.

32 Grande es este misterio, pero lo digo respecto de Cristo y de la iglesia.

33 Por tanto, cada uno de vosotros ame a su esposa como a sí mismo, y la esposa respete a su esposo.

Intro.:

El Matrimonio es la primera institución ordenada por Dios. No es un idea de la humanidad; es la voluntad de Dios.

El matrimonio, según Dios y Su Palabra es la unión de un hombre y una mujer en una relación íntima y comprometida hasta la muerte.

No fueron Adan y Esteban; pero Adan y Eva.

Los 3 C's del Matrimonio

I. Compromiso

Es un pacto. Los dos están de acuerdo. Va a ser hasta la muerte.

Incluye lo bueno y lo malo; gozo y tristeza; la juventud y la vejez, etc.

No es un contrato de un año, ni cinco años, ni 25 años.

Dios aborrece el divorcio.

Mal. 2:16

Porque yo aborrezco el divorcio," ha dicho Jehovah Dios de Israel, "y al que cubre su manto de violencia." Jehovah de los Ejércitos ha dicho: "Guardad, pues, vuestro espíritu y no cometáis traición."

La decisión de casarse es segunda solamente a aceptar a Cristo como su propio Salvador. Algunos no duran porque no analizaron bien el asunto. Para muchos, sus hormonos andaban estimulados, y por eso se casaron. Para otros, fue una manera de escapar de la casa de unos padres rígidos. Para otros, fue por un engaño de creer que la vida casada iba a ser la vida de mucha libertad y puras vacaciones.

Gen. 2:21-24

21 ¶ Entonces Jehovah Dios hizo que sobre el hombre cayera un sueño profundo; y mientras dormía, tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar.

22 Y de la costilla que Jehovah Dios tomó del hombre, hizo una mujer y la trajo al hombre.

23 Entonces dijo el hombre: "Ahora, ésta es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada Mujer, porque fue tomada del hombre."

24 Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

Dios manda que los casados tienen su vida distinta. No se casan con los suegros y los tíos, y los demás. Por eso Dios dice que el hombre dejará a su padre y a su madre. La unión es de los dos esposos. Ya no tiene derecho de correr a mamá o a papá por cualquier disgusto.

No importa si huele mal sus pies y él no le gusta levantar su ropa. No importa si ella no sabe cocinar como tu mamá y ni puede hervir agua por tu café.

Hay varias cosas que uno debe de considerar antes de casarse. No es solamente su belleza y esta figura tan perfecta. Pasando los años, estas cosas va a cambiar (se expande el matrimonio). ¿Cuánta hijos quieren? Ella 10 y él ni uno. ¿Donde quieren vivir? Ella-a un lado de su mamá, El- mil kilometros de los suegros. ¿Con quienes vamos a convivir? ¿En que nos vamos a dedicar las vidas?

El mandamiento prinicapal para el esposo es amar a su esposa. Esto incluye proveer para ella y a los hijos.

1 Tim. 5:8

Si alguien no tiene cuidado de los suyos, y especialmente de los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.

Amale. ¿Hasta que punto? Como tu amas a tu propio cuerpo.

IL.: Un hombre le decía a su esposa--Te amo tanto, tu sabes que estoy dispuesto morir por ti. Ella contesta- Ay amor, tantos años que tu me dices lo mismo, pero ni una vez lo ha hecho.

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