Summary: Mensaje sobre la necesidad de no dejarnos llevar de nuestros ojos ni de nuestro corazón, sino entregarlos a Dios y obedecer su palabra.

Num 15:38 Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas en los bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada franja de los bordes un cordón de azul.

Num 15:39 Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis.

Num 15:40 Para que os acordéis, y hagáis todos mis mandamientos, y seáis santos a vuestro Dios.

Num 15:41 Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para ser vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios.

1. El peligro de dejarse llevar por los impulsos del corazón y los deseos de los ojos (vs. 39): nos llevan a corrompernos y apartarnos de Dios.

1 Jn 2:16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.

1 Jn 2:17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

(VER SLIDE DE LA MENTE DEL HOMBRE NATURAL)

Deseos de la carne y de los ojos – son deseos pecaminosos, los cuales no provienen de Dios. Son deseos pasajeros

(vs. 17) Los deseos del mundo son pasajeros, se acabarán. El que hace la voluntad de Dios es el que vivirá para siempre.

* * *

Núm. 15:39b …os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis.

a. Dios te juzgará por ello:

Ecl. 11:9 Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.

*Es peligroso andar siguiendo tu corazón – el mundo te dice ¨sigue tu corazón¨, pero Dios nos enseña que el corazón es engañoso: Jer. 17:9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?

b. Nos llevan al pecado

Jer. 22:17 ¨Mas tus ojos y tu corazón no son sino para tu avaricia, y para derramar sangre inocente, y para opresión y para hacer agravio¨. Aunque esta es una profecía contra Joacim, hijo de Josías, rey de Judá, también es un reflejo de gobernantes corruptos: avaricia, derramamiento de sangre inocente (recordar Viña de Nabot), opresión, hacer agravio. Los diferentes pueblos y etnias del mundo gimen y sufren por estos pecados de muchos de los que están en eminencia.

Avaricia: es un anhelo desmedido por los bienes materiales. La palabra de Dios la señala como idolatría: Col 3:5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;

¡Que Dios nos libre de la avaricia!

b1. Podemos poner nuestra confianza en otras cosas (al dejarnos llevar de nuestro corazón y ojos).

Deut. 8:17 y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.

Prov. 18:11 Las riquezas del rico son su ciudad fortificada,

Y como un muro alto en su imaginación.

2. El deseo de Dios es que obedezcamos su Palabra:

Num 15:38 Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas en los bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada franja de los bordes un cordón de azul.

Num 15:39 Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis.

Num 15:40 Para que os acordéis, y hagáis todos mis mandamientos, y seáis santos a vuestro Dios.

Num 15:41 Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para ser vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios.

En este pasaje vemos que Dios fue muy enfático con el pueblo de Israel en cuanto a que debían obedecer su Palabra. El pueblo de Israel debía tener continuamente presente la palabra de Dios y obedecerla. Todavía hoy día los judíos ortodoxos usan borlas con flecos en el borde de su ropa, para recordar los mandamientos de Jehová.

Prov. 23:26 Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.

*El anhelo de Dios es que nuestros ojos y nuestro corazón estén en sintonía con él, y estén en su perfecta voluntad, en obediencia a Dios*.

a. Hay bendición en obedecer la palabra de Dios

Deut. 6:2 para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados.

b. Nuestro anhelo debe ser agradar a Dios:

Salmo 119:10-11 Con todo mi corazón te he buscado;

No me dejes desviarme de tus mandamientos.

En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.

Salmo 119:35 Guíame por la senda de tus mandamientos,

Porque en ella tengo mi voluntad.

Conclusión:

¿Cómo están tus ojos y tu corazón? ¿Estás amando las cosas de este mundo? ¿Están los deseos de los ojos y de la carne ocupando un lugar de importancia en tu vida? Dios desea que le obedezcas, que tu anhelo sea agradarle a El.

(Recordar alabanza):

Todos los días de mi vida

Mi anhelo es agradarte mi Señor

Porque tú me has dado amor,

Tú me has dado amor,

Has sido refugio, mi consuelo y mi pastor

Y mi Dios,

Mi anhelo es agradarte mi Señor.

*Nuestros ojos y nuestro corazón deben andar en obediencia a Dios, apartados del pecado. *Al obedecer la Palabra de Dios agradamos a Dios.*