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Summary: Los cristianos deben ser ejemplo al mundo, luces que guían en medio de la oscuridad que hay en este siglo.

EL MANDATO DE SER LUZ AL MUNDO

Mateo 5:14-16

Esta mañana quiero presentar la segunda resolución para un cristiano de Agape: Ser luz del mundo. Leamos lo que nos dice el Señor en Mateo 5:14-16 “14Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. 15Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. 16Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”

Recuerden que Jesús les dijo a sus discípulos “ustedes y solo ustedes son la luz del mundo”. Pero lamentablemente la influencia de los cristianos en la sociedad no se está haciendo sentir en la forma en que debería hacerlo.

Tal vez parte del problema es que muchos han creído que el asunto de la fe es algo puramente personal y que debe ser guardado para uno mismo. Si bien es cierto que la fe es algo personal en lo que se refiere a una decisión de nuestra parte, Jesús dijo que no deberíamos guardarlo para nosotros mismos. Las palabras “así alumbre vuestra luz” (v. 16) son la traducción de una sola palabra griega (lampsato) lo cual es un imperativo, es decir se trata de una orden. Quiero que noten cuatro cosas acerca de ser luz del mundo.

I. HAY UN ROL QUE DEBEMOS ASUMIR (Mt. 5:14) “14Vosotros sois la luz del mundo;”

Mientras consideramos la luz, necesitamos notar que tenemos una responsabilidad cuádruple para con esa luz. En primer lugar hay un llamado a venir a esa luz. Jesús fue y es la fuente de luz. Juan 3:19-21 dice “19Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.”

En Segundo lugar, somos llamados a recibir la luz. No es suficiente ser expuestos a la luz, debemos responder a la luz. O bien nos acercamos a la luz o la rechazamos. En Juan 1:12 leemos 12Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

En tercer lugar, una vez que hemos recibido la luz, entonces somos llamados a caminar en la luz. Pablo les recuerda a los creyentes en Efesios 5:8 “8Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz.” Antes anduvimos en las tinieblas, pero ahora somos hijos de luz. ¿Cómo entonces debemos vivir? Debemos vivir como hijos de luz. Juan se refiere a lo mismo cuando dice en 1 Juan 1:5-7 “5Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. 6Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; 7pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.”

En cuarto lugar, somos llamados a reflejar esa luz. Ese es el mensaje central de Mateo 5:14-16.

En Juan 9:5 Jesús dice, “entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.” Pero cuando Jesús regresó al cielo él dejó a los cristianos la responsabilidad de ser luz. El apóstol Pablo nos dice en filipenses 2:14-16, “14Haced todo sin murmuraciones y contiendas, 15para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;” De la misma manera en que la luna solo refleja la luz del sol, los cristianos somos un reflejo de la luz del Señor. Aquellos que siguen a Jesús son reflejos de esa luz.

Nuestras vidas deben ser vidas que reflejan alguna diferencia con relación al mundo, porque nosotros tenemos algo que el mundo no tiene, Jesús. El llamado puede ser sintetizado en estas palabras: si estás en las tinieblas, ven a la luz; si ya estás en la luz, brilla en medio de las tinieblas.

II. HAY UN TESTIMONIO QUE DEBEMOS COMPARTIR (vv. 14b-15)

“…una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. 15Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.”

Jesús dice que somos sal y luz. Como luz somos llamados a tener un impacto visible en el mundo alrededor de nosotros. ¿Por qué es que los cristianos están en este mundo? La única razón por la que estamos aquí es porque podemos ser de beneficio al mundo si es que somos sal y luz. Si la gente vive en inmoralidad y nosotros vivimos en inmoralidad, entonces ¿cuál es la diferencia? Si ellos son deshonestos, y nosotros también, ¿cuál es la diferencia? Si ellos hacen un mal trabajo y tú también, ¿cuál es la diferencia? Cuando ellos se quejan y murmuran por cualquier cosa y tú también lo haces, ¿cuál es la diferencia? No podemos ser de bendición al mundo si es que somos como el resto del mundo. No podemos ser de bendición al mundo a menos que les mostremos que hay una manera mejor de vivir. Nuestra misión es ser luz del mundo y es nuestra decisión si es que alumbramos o escondemos nuestra luz en tinieblas.

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