Summary: Jesús es el Mesías; nosotros, sólo sus siervos

Jesús es el Mesías

Intro: En algún lugar en casa de mis padres aun debe estar una medalla plateada con la figura a relieve de un atleta griego coronado con laureles y con la leyenda: “Campeón Goleador”. Esa era mi medalla…por supuesto, en un campeonato en el que participé cuando estaba en primero de primaria. ¡Qué días de gloria! Los pequeños porteros no podían parar el balón que venía hacia ellos con una fuerza descomunal. Fui la estrella del equipo ese año (cuando menos así lo pensaba yo). Por lo mismo, al siguiente año para el campeonato escolar, organicé mi equipo confiado que repetiría la hazaña. Mi equipo de segundo año de primaria no podía fallar pues me tenían a mí, el que ostentaba el título de campeón goleador. Pero ese año las condiciones cambiaron. La inscripción costaba $13 pesos (los reuní entre los integrantes), sería a muerte súbita (perdías un partido y estabas eliminado), jugaríamos con equipos de todas las categorías o grados (primaria y secundaria). Pero aun así, no tenía temor porque yo estaba en el equipo de segundo año de primaria. Nuestro primer partido fue contra un equipo de segundo de secundaria. Comencé jugando como delantero, pero los goles sólo caían en nuestra portería. Todas mis habilidades y tiros “imparables” fallaron ese día. Así que decidí que sería mejor cambiarme a la portería. Entonces, hice un cambió y me fui a la portería, sólo para ver pasar muchos balones más a través del marco. Perdimos todo, el partido, nuestro dinero, nuestro orgullo. Ni con todas mis medallas pasadas, mis supuestas habilidades y grandes sueños, pude hacer que ganara mi equipo. Pero ese día aprendí algo muy importante: No importa cuán habilidoso, disciplinado, o dotado crea que soy, YO no puedo hacer que las cosas sucedan. Yo no tengo el control.

Aunque esta fue una buena lección de la infancia, todavía hoy es una tentación para mí, sentirme la estrella del equipo, creer que Yo soy el que está haciendo que las cosas ocurran; que yo soy el que convence a la gente; Que Yo soy el que tiene el control; que Yo soy el hace venir a la gente; que Yo soy al que todos quieren; que Yo soy el importante.

¿Saben? Esta es una tentación constante para los que estamos trabajando en el ministerio. Se lo pueden preguntar al personal del seminario, a los miembros de las facultades, a todos los líderes que están aquí presentes. Todos luchamos con esta idea de ser el Mesías o la salvación de la gente o a quien la gente necesita. Y saben, sin duda, ustedes que terminan hoy sus estudios en el seminario se enfrentarán directamente con esta misma tentación.

Por eso hoy, como siempre, necesitamos ser recordados de la verdad de la Palabra de Dios. Las buenas noticias para nosotros que luchamos con este asunto es que: JESUS ES EL MESÍAS, nosotros, sólo sus siervos.

Una de las porciones bíblicas donde se nos recuerda y afirma esta verdad la encontramos en los primeros capítulos del evangelio según San Juan. En este pasaje encontramos el reporte de la vida y las palabras de Juan el Bautista.

Juan 1:19-20 dice: “Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres? Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo. Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No”

Los sacerdotes y levitas enviados por los judíos le plantean a Juan una pregunta: ¿Quien eres tú?

1. ¿Si te la hicieran a ti, qué dirías? Seminarista, Siervo de Dios, Presbítero, Presidente del Presbiterio, Licenciado en Teología, ministro de música, Rector, Director,

2. ¿Cuál fue en esencia la respuesta de Juan? "YO NO SOY"…Yo no soy el Cristo….Yo no soy el Mesías

Por más que le insistieron sus inquisidores, Su respuesta fue…No soy…..NO!!

La respuesta de Juan nos recuerda quiénes somos: Básicamente somos: "NO SOY"

1. Somos "no soy" porque alguien más es "Yo soy". Aquel que dijo:

i Yo soy el Pan de Vida

ii. Yo soy la Vid Verdadera

iii. Yo soy la puerta

iv. Yo soy el camino, la verdad y la vida

v. Yo soy el Alfa y el Omega

vi. Yo soy el primogénito de toda la creación

vii. Yo soy el Señor

viii. Yo soy Dios

En el ministerio, sobre todo cuando hay éxito, somos muy rápidos en identificarnos: YO SOY, pero la palabra nos recuerda que somos: NO SOY. Porque alguien más es el que hace que las cosas ocurran; alguien más es el que cambia vidas; alguien más es a quien la gente necesita; alguien más es el Cristo. Nosotros no somos el Mesías. Porque JESUS ES EL MESÍAS, nosotros, sólo sus siervos

Preséntate a tu compañero y dile: "Mucho gusto, yo soy "No soy" y tu compañero te contestará "Mucho gusto, Yo soy "no soy"

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Necesitamos entender quienes somos - somos “No soy"

Somos, como Juan, “la voz de uno que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor” (v. 23) La voz de uno, ni siquiera la voz más importante, pero de uno que tiene el privilegio de dar buenas noticias acerca del Mesías, de aquel que verdaderamente es importante. Somos definidos por nuestro ministerio: "Preparar el camino. . ." "Anunciar las virtudes de Aquel que nos llamó de tinieblas a luz. Porque JESUS ES EL MESÍAS, nosotros, sólo sus siervos

Los versículos 35-37 dicen: “El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios. Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús”.

. Juan estaba con dos de sus discípulos y apunta a Jesús y los dos discípulos van en pos de Jesús.

¡Qué cosa! Dejaron a su maestro, a quién había invertido tanto tiempo en ellos y se fueron tras Jesús

Pero Juan no parece estar enojado, ni frustrado, ni deprimido, sino está contento porque ha cumplido su misión de señalar a quién deben seguir: a Cristo

B. Esto me recuerda: Ilustra: Humberto Reyes acabó con los bautistas.

C. Tenemos que entender que no somos los importantes, somos siervos por amor de aquel quien es el Mesías….siervos de Jesús.

1. No se trata que nos sigan a nosotros, sino a Cristo

2. Si has invertido tu tiempo, esfuerzo en alguien, no te desesperes si acaba en otra iglesia o Presbiterio. El avance del reino es lo importante, no nuestro reino.

Más adelante en Juan 3:26: “Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él”

El ministerio de Jesús estaba empezando a despuntar y esto hace que vengan a Juan y le digan: "Rabí, aquel que estaba contigo, bautiza y todos vienen a él" Juan responde: "Ustedes me son testigos que les dije: "YO NO SOY"

Luego pone una preciosa analogía de una boda: "El que tiene a la esposa es el Esposo, y el amigo se goza cuando el esposo está con su esposa". Si no es tu boda, entonces siente contento con el gozo y el lucimiento del novio.

Luego dice las palabras más ilustrativas que podemos escuchar en cuanto el tema: "Es necesario que el crezca, pero que yo mengüe”. (v.30)

Para esto trabajamos:

1. Para que Cristo sea conocido, exaltado, honrado, adorado. Al hacerlo nosotros menguamos, nos volvemos invisibles, nos desvanecemos….Ese es nuestro honor.

2. No trabajamos para poner nuestros nombres con letras de oro, o figurar entre los best sellers, o procurarnos un lugar en el salón de la fama.

3. Trabajamos para menguar. Para ser a toda honra: No soy.

4. Para que toda rodilla se doble y toda lengua confiese que Jesucristo es el señor para gloria de Dios padre.

5. Trabajamos por que JESUS ES EL MESÍAS, nosotros, sólo sus siervos

• Hoy saldrán a un ministerio más amplio, muchos de ustedes tendrán ministerios fructíferos, nunca olviden quién es el Mesías y cuál es su papel.

• Cuando la gente en tu ministerio no cambie, y la frustración comience a invadirte, recuerda…no eres a quien la gente necesita…no eres el Mesías…tú no puedes cambiar ni salvar a nadie…Necesitan a Jesús.

• Cuando escuches testimonios de vidas siendo transformadas a través de tu ministerio, gózate en saber que la gente está siguiendo al Mesías…tu y yo sólo somos, sus siervos.

Conclusión

Es precioso ser siervos de Jesús. Estar en primera fila viendo al Mesías transformar vidas, familias, comunidades, extendiendo Su Reino en la tierra. Y lo más precioso es que tú y yo tenemos el privilegio de estar allí, cerca del que es digno de honor, gloria y poder. Te animo a ser siempre un siervo fiel por amor de Jesús. No hay nada mejor precioso en esta vida, pues Jesús es el Mesías, nosotros, sólo sus siervos.