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Summary: Dios quiere que vengamos delante de El, porque disfruta nuestra compañia, pero muchas veces nosotros ponemos pretextos y nos perdemos de muchas bendiciones. Veremos los beneficios de la oración

Dios nos llama a su presencia

Salmos 145: 17 – 21

Agosto 24, 2014

Introducción:

Historia:

Hubo una anciana que empezó a orar para que se moviera la montaña y después de orar, levanto la vista y dijo “Ya sabía que no se iba a mover”

Hoy iniciamos una serie de mensajes sobre la forma en que venimos a la presencia de Dios, quiero animarles a que no se pierdan ni uno de estos mensajes, pues uno se construye sobre la base del anterior, claro que siempre podrá entenderlo aunque no vino el domingo anterior, pero se habrá perdido una buena tajada del pastel. Si lo pierde trate de verlo online.

Nos entraremos profundamente en la práctica de orar.

Con esta serie quiero atacar uno de los problemas más serios que enfrenta la iglesia hoy en día, y es la falta de oración.

Voy a describir el problema para ustedes:

“Sabemos la importancia de orar, ¿verdad?” Quienes… levanten la mano

“Sabemos cómo orar” ¿verdad? Quienes saben orar…

“Queremos orar” ¿verdad? Todos queremos orar

El problema es que NO LO HACEMOS

No tenemos tiempo, no sabemos cómo, no entendemos que sucede cuando oramos, Dios contesta, Dios no contesta, ¿me oye Dios?

El mundo en el que vivimos se está destruyendo, no hay valores, no hay respeto por la vida, injusticia y abuso de poder por donde sea, esto tiene que cambiar por eso…

Hoy quiero empezar con el principio.

Dios nos llama a su presencia y debemos recordar que: Él es Dios de paz y Dios de poder

Salmos 145:17-21

El Señor es justo en sus caminos, bondadoso en sus acciones.18 El Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con sinceridad. 19 Él cumple los deseos de los que lo honran;

cuando le piden ayuda, los oye y los salva. 20 El Señor protege a los que lo aman, pero destruye a los malvados. 21 ¡Que mis labios alaben al Señor! ¡Que todos bendigan su santo nombre, ahora y siempre!

La Biblia está llena de pasajes donde dice que Dios está cerca, que quiere que le escuchemos y que quiere hablarnos.

Este texto en especial asegura que v. 8 El Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con sinceridad.

Invocar quiere decir: Demandar, suplicar buscar ayuda. Hacer uso de algún poder para ejecutar algo.

Dice el pasaje “El señor está cerca de los que lo invocan” los que le llaman, los que le buscan.

Pero hay una condición: “Los que le invocan, le buscan de verdad con sinceridad”

Invocar a Dios es buscarle, buscarle en oración.

La oración es una actividad poco usual

1. Desde que nacemos aprendemos que debemos ser autosuficientes, y luchamos por ser independientes… la oración es todo lo opuesto a ello.

2. La oración demanda quietud. Para personas como yo que estamos siempre haciendo algo para lograr algo, la oración a veces nos hace sentir como una interrupción que nos hace lentos y menos productivos.

Sin embargo…

EN TIEMPO DE CRISIS… ORAMOS pero pasa la crisis y paramos de ORAR

Entonces la oración se vuelve como un bote de aspirinas que se encuentra en el cajón guardado y que solamente buscamos cuando nos duele la cabeza.

El promete

19 Él cumple los deseos de los que lo honran; cuando le piden ayuda, los oye y los salva.

El mayor provecho de la oracion

El apóstol Pablo lo pone de una manera muy clara

Filipenses 4: 6-7

No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también. 7 Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús.

Dice: No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración

Y como resultado 7 Así Dios les dará su paz

En la oración, la respuesta no es solamente concedernos lo que pedimos, sino la PAZ

El momento de tranquilidad

Nosotros sabemos mucho sobre la oración, algunos hasta hemos leído libros sobre ella, el problema es que

• Vivimos en una carrera constante, contra el reloj, contra nosotros mismos.

• Nos creemos autosuficientes, nosotros podemos arreglar todo.

• El orar nos obliga a detenernos a parar, y muchas veces no estamos dispuestos.

Necesitamos que el Espíritu de Dios nos conmueva, nos obligue, nos inquiete hasta molestarnos para que oremos.

Lo que más llena nuestras vidas al orar,

No es la satisfacción de haber realizado algo en nuestra lista de cosas que hacer.

No es tampoco recibir respuestas milagrosas a nuestras peticiones, aunque es maravilloso.

El resultado más maravilloso de una vida de oración es el impacto que tiene en nuestra relación con Dios.

Nosotros nos relacionamos con Dios más como con un “Conocido” que como nuestro Dios, nuestro amigo.

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