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Summary: Exhortad al esclavo del pecado acerca de la necedad y locura de continuar en su penosa vida de pecado. Invitadle a probar el suave yugo de Cristo. Animad a los discípulos de Cristo a "seguir al Cordero por donde quiera que fuera". Imitando sus virtudes.

EL YUGO DE CRISTO

Mateo 11:29-30

Introducción: El capítulo del cual seleccionamos este ejemplo empieza con el mensaje enviado por Juan a Cristo y la respuesta de Este (ver. 3-6). Cristo ensalza el carácter de Juan (ver. 7-11) y censura al pueblo por su menosprecio, tanto del ministerio de Juan como del suyo propio, mostrándoles los vanos pretextos que presentan para justificarse. Finalmente profetiza la ruina de Corazín Bethsaída y Caperanum y concluye con esta afectuosa invitación a tales oyentes desaprensivos, que bien pueden ser tomados como tipo de la humanidad entera. Consideremos:

1. El yugo que nos impone

El yugo es un instrumento puesto sobre el cuello del buey por el cual éste queda sujeto a ciertas restricciones de parte del labrador que le conduce y de su compañero o compañeros de labor. Cristo usa esta figura para aplicarla a la religión: e implica:

A. El yugo de su doctrina. Esto significa la sujeción de nuestra mente a su enseñanza. La recepción con humildad de las misteriosas doctrinas del cristianismo, como la encarnación del Verbo Divino, la Redención, la Resurrección, etc. Tales doctrinas eran tropezadero a los judíos y locura a los gentiles, mas a los creyentes son sabiduría y potencia de Dios.

B. El yugo de sus leyes. Cristo no abolió la ley moral, sino que la explicó espiritualizó y amplió. "Amad a vuestros enemigos" (Mateo 5:7). No hay verdadero discipulado sin obediencia: "Vosotros sois mis amigos"; "Si me amáis, guardad mis mandamientos".

C. El yugo de la cruz de Cristo. "Si alguno quiere ser mi discípulo tome cada día su cruz". Esto implica mucho: publica profesión de Cristo, negación de sí mismo, si es necesario abandono de amigo, esposa, hijos, casas, bienes y aún de la misma vida, por causa de Cristo.

2. La lección que nos enseña

"Aprended de Mí". Esto significa tanto la doctrina que enseña como las reglas que nos impone y los sacrificios que demanda.

Tenemos que aprender de El:

A. Escuchando sus palabras. El es el Profeta Supremo prometido a Israel de quien se dijo: "A El oíd". Mandato divino enfatizado nuevamente por Dios en el bautismo de Jesús.

B. Imitando su ejemplo. Es nuestro modelo perfecto. No nos impone ningún deber que El mismo no haya cumplido en su vida ejemplar. El abrió la senda y nosotros tenemos que seguir sus pasos.

C. Adoptando su mente y espíritu. "Que soy manso y humilde de corazón". Debemos compartir la mansedumbre y humildad de Cristo, pues: "Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de El". La verdadera humildad suprime el orgullo e imparte un carácter dócil y amable.

3. La bendición que promete

"Hallaréis descanso para vuestras almas". El reposo corporal es dulce e indispensable. ¡Cuánto más el descanso del alma! Esta promesa incluye:

A. Descanso de la servidumbre del pecado. No existe labor más severa o cruel, ni acompañada de mayor miseria, que la del pecado. Esclavitud de Satanás. Vasallaje de su maldito imperio.

B. Descanso de la iniquidad interior. "Los impíos son como la mar en tempestad, que no puede estarse quieta. No hay paz, dice mi Dios, para los impíos, sino temor y constante recelo"; pero "justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios". Por esto el ama puede cantar:

Oí la voz del Salvador

Decir con tierno amor,

Ven, ven a Mí, descansarás

Cargado pecador

Tal como era, a mi Jesús;

Cansado yo acudí

Y luego dulce alivio y paz

Por fe, de El recibí.

C. Eterno reposo en el Cielo. Queda un reposo para el pueblo de Dios. De los trabajos, conflictos, tristezas, cruces, sufrimientos, etc. Reposo constante y eterno (Rev. 14:13). Para persuadir a los pecadores a aceptar esta invitación observad.

4. El motivo que aduce

"Pues mi yugo es fácil y ligera mi carga". Así es:

A. Contrastado con el yugo del pecado. ¿Qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales os avergonzáis? El yugo del pecado está lleno de amargura, y su paga es muerte.

B. Comparado con las prácticas religiosas del paganismo. Por lo general están llenas de crueldad. Tales sistemas religiosos se hallan escritos con la sangre de sus adoradores. Niños inmolados, viudas quemadas, torturas de los fakires y santones. El yugo de Cristo en cambio está lleno de misericordia, bondad, paz y pureza.

C. Comparado con las prácticas de la dispensación judía. Aunque de divino origen, como Dispensación preliminar a la Cristiana, era sin embargo lo que Pedro llama: "Yugo de que ni nosotros ni nuestros padres hemos podido llevar". Por sus numerosos servicios, sacrificios, purificaciones, oblaciones, y por la severidad de su ley moral: "Ojo por ojo y diente por diente".

D. El yugo de Cristo es en cambio fácil por si mismo. Nada irracional, nada degradante u opresivo se encuentra en su doctrina. "Sus mandamientos no son penosos". Amar a Dios, creer en Jesús, obedecer las leyes divinas y la dirección del Espíritu Santo; ser lleno de frutos de bondad y etc.

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