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Summary: Dios es nuestro pastor y nos ha invitado al banquete

No Temas - 17/07/05

Salmo 23

Intro: Desde niño, en la iglesia a la que asistía, nos hicieron memorizar varios salmos. El salmo 1, el salmo 8, el 24, y por supuesto, el salmo 23. El Salmo 23 ha sido y será un salmo que acompañe a muchas generaciones. Yo recuerdo que para estas épocas en que se desarrollan los campamentos en Chuburná, mi familia pasaba 2 o 3 semanas allí en la casa de mis papás. A mí me gustaba quedarme hasta que tocaban la campana para irse a dormir ( creo que como a las diez) pero, entonces, el problema comenzaba: tenía que ir desde el campamento a mi casa (como media cuadra), pero tenía que pasar por la puerta del cementerio. En la esquina había un foquito de luz muy tenue. Así que en aquellas noches recordaba la lección aprendida en la infancia: el salmo 23. Iba diciendo: “Jehová es mi pastor . . .” La verdad es que el miedo no se iba, pero cuando menos me distraía para llegar sano y salvo a mi casa.

Ahora en mi vida y tu vida, no se trata de pasar por la puerta de un cementerio en una noche oscura, sino de enfrentar una crisis económica, el desempleo, las amenazas de alguien, la delincuencia, los accidentes fatales, la enfermedad, los huracanes y tantas cosas más a las que nos enfrentamos en la vida real.

El Salmo 23 viene a confrontarnos con la verdad espiritual de que podemos confiar nuestra vida en Dios cualquiera que sea nuestra circunstancia. El Salmo 23 nos muestra a un Dios que es más grande que nuestros temores. Un Dios en quien podemos confiar aun en la situación más difícil y lo hace por medio de dos metáforas: la de un rebaño con su pastor y la de un banquete.

I. No temas, el Señor es tu Pastor

a. V. 1“Nada me faltará”

Para los que necesitan sustento, empleo, recursos

b. V. 2“En lugares de delicados pastos me hará descansar, junto a aguas de reposo me pastoreará”

Para los que están cansados, necesitados de reposo espiritual, los confundidos, los ofuscados

c. V. 3 “Confortará mi alma, me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre”

Para los que requieren dirección, los que están en lucha por hacer lo recto.

d. V. 4 “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tu estarás conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento

Para los que están en peligro, los que han recibido amenazas, los que son perseguidos.

Jesús, se levantó un día y dijo: “Yo soy el buen Pastor”

Para los necesitados de sustento les dice: “Vosotros pues no os preocupeis por lo que habeis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud, porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo, pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas.

Para los cansados, necesitados de reposo espiritual les dice: “Venid a mí todos los que estés trabajados y cansados que os yo haré descansar”

Para los que requieren dirección, los que están en la lucha por hacer lo recto les dice: “Llevad mi yugo sobre vosotros porque fácil y ligera es mi carga, aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”

Para los que están en peligro, les dice: “En el mundo tendreis aflicción, pero confiad en mí pues yo he vencido al mundo” y “He aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”

II. No temas, has sido invitado al Banquete

El Salmista cambia ahora de metáfora. Cambia a la metáfora de un banquete, y adivina ¿Quién es el invitado? Tú.

a.v. 5a Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores. Unges mi cabeza con aceite mi copa está rebosando.

Es decir, preparas un banquete para mí, y mis opresores, los que buscaban mi mal, están siendo testigos de tu favor hacia mí.

Soy el invitado especial que es ungido con aceite y la copa es rellenada.

Esta es la mayor vindicación que pueda haber. Si te han acusado injustamente, si las personas han buscado tu mal. Mira quién te vindica como su invitado especial, y en presencia de tus angustiadores.

“El bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida” – bendiciones del pacto.

Finalmente, “Y en la casa de Jehová moraré por largos días”. Estar con Dios para siempre.

En Jesucristo, estamos invitados al banquete: “Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado”.

16 Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno;

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